¡MALPOCADO!

(cuento)

Ramón del Valle-Inclán

(Esta fue la mía andanza
sin ventura.

 Macías)

La vieja más vieja de la aldea camina con su nieto de la mano, por un sendero de verdes orillas triste y desierto, que parece aterido bajo la luz del alba. Camina encorvada y suspirante, dando consejos al niño, que llora en silencio.

            —Ahora que comienzas a ganarlo, has de ser humildoso, que es ley de Dios.

            —Sí, señora, sí…

            —Has de rezar por quien te hiciere bien y por el alma de sus difuntos.

            —Sí, señora, sí…

            —En la feria de San Gundián, si logras reunir para ello, has de comprarte una capa de juncos, que las lluvias son muchas.

            —Sí, señora, sí…

Y la abuela y el niño van anda, anda, anda…

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¡Que os guíe Dios!

¡Oh, pobres versos míos,
hijos de mi corazón,
que os vais ahora solos
y a la ventura por el mundo…
que os guíe Dios!

Que os guíe Dios y os libre
de la declamación;
que os guíe Dios y os libre
de la engolada voz;
que os guíe Dios y os libre
del campanudo vozarrón;
que os guíe Dios y os libre
de caer en los labios sacrílegos de un histrión.

¡Que os guíe Dios!… Y Él, que os sacará
de mi corazón,
os lleve
de corazón
en
corazón.

León Felipe