Absurda e infructuosa estrategia
de cerrar los ductos

Alejo Martínez Vendrell[1]

Haciendo un esfuerzo por descubrir algún rasgo de racionalidad a la desconcertante medida asumida por nuestro Presidente a fin de combatir el cada vez más alarmante saqueo de gasolinas, mediante la decisión de cerrar los ductos para en adelante transportarlas por pipas, aun cuando el costo de tan ilógico cambio fuera entre 10 y 15 veces mayor que por los ductos ya existentes, se tiene que recurrir a apoyarse en algunas ideas que nuestro mandatario ha venido esgrimiendo con alguna frecuencia.

            AMLO ha sido muy enfático en sostener que no se van a “confrontar” con las poblaciones en donde roban combustibles y asegura que no va a haber “represión”. Nuestro Presidente padece una grave confusión: él está convencido de que utilizar la fuerza pública para impedir la flagrante comisión de delitos que atentan contra la sociedad, como el robo de gasolinas por grupos sociales o el vandalismo de la CNTE o de otras agrupaciones equivale estrictamente a odiosa represión y ello le repugna porque en cierta forma siente que le distancia del pueblo, de ese pueblo que él considera bueno por naturaleza, el cual sólo cuando se encuentra asediado por graves carencias para su subsistencia, es que se ve obligado a incurrir en actos delictivos a fin de sobrevivir. Sigue leyendo