Cosas veredes

Luis de la Barreda Solórzano

¿Marionetas?

Sabía de la sólida formación jurídica y la amplia cultura de Gerardo Laveaga, pero me sorprendió en su libro Leyes, neuronas y hormonas (Taurus) con sus conocimientos sobre neurociencia y otras disciplinas biológicas. En estilo ameno a pesar de la complejidad del tema, apoyándose en esas disciplinas y con sagacidad argumentativa, Laveaga sienta en el banquillo de los acusados al fundamento mismo de la teoría de la culpabilidad de los penalistas: el libre albedrío, la posibilidad de elegir entre diferentes posibilidades de conducta.

Laveaga considera que la dogmática penal es un ingenioso conjunto de presupuestos teóricos que sirven para justificar la labor del abogado defensor o el juez, pero no van más allá de la pirotecnia del lenguaje, y reta a los juristas: “¿el sujeto pudo optar por una conducta distinta de la que desplegó en determinado caso?” .“¿Qué es la voluntad después de todo? ¿Dónde se genera?”. La propensión al riesgo o a la violencia, como la extroversión o el optimismo —apunta—, tiene una explicación biológica. Sigue leyendo→