Editorial

Con la tenue esperanza de que la primavera traiga algún bálsamo a las tribulaciones de aquí, de allá y de acullá, Perseo emprende esta aventura con temas acuciantes: las desapariciones forzadas en México; Venezuela, sacudida sin piedad por su desatado presidente; el trabajo esclavo en la India, aprovechado por voraces compañías transnacionales; la Encuesta Nacional sobre Satisfacción Subjetiva con la Vida y la Sociedad, y el SAT convertido en un intruso big brother que se mete hasta la cocina.

En pensamiento, Lewis Thomas, vigoroso científico estadounidense, señala con magnífica prosa las cosas de este universo que en su opinión merecen el título de las siete maravillas del mundo moderno, y el filósofo venezolano, Gabriel Andrade, nos enseña los llamamientos expresos a la violencia contra los “infieles” que se encuentran en El Corán.

En clásicos, el fino humorista español Enrique Jardiel Poncela nos relata una de sus tragicómicas aventuras, y Renato Leduc nos describe, en versos precisos, a un diputado como algunos de los que podrían estar medrando en las cámaras federal o de alguna de las entidades federativas.

La ONU, Amnistía Internacional, Human Rights Watch y la Suprema Corte de Justicia de la Nación nos informan sobre los temas de sus respectivas competencias.

Cosas veredes vuelve a señalar entuertos en terrenos tan diversos como el terrorismo islámico; los hechos trágicos de Cocula e Iguala, en Guerrero; las barbaridades que contra Pablo Milanés cometió el régimen cubano, y los estropicios que contra la legalidad y la justicia está cometiendo el gobernador interino de Guerrero.

Finalmente, la empinada cuesta se allana como siempre con algunas ligerezas. Ω