La filosofía debe ser un servicio público que genere una sociedad crítica: experto

Adrián Figueroa

Periódico La Crónica de Hoy,12 de marzo de 2013

La filosofía debe ser un servicio público que dé a la ciudadanía una visión clara, conceptual y comprensible de todo lo que hacemos, desde el amor, la política o las nuevas tecnologías, y así diseñar un proyecto de futuro para la humanidad, señala José Antonio Marina.

En una plática con medios, el filósofo español señala que los pensadores “tienen que intervenir hoy en los debates públicos, porque con mucha frecuencia éstos son con base en ideas elementales y sectarias. Y eso es una epidemia para las sociedades, ya que una comunidad que no tiene pensamientos claros y sentido crítico es vulnerable y la puede engañar cualquiera”.

Por ello, un riesgo que vivimos, dice, es que en esencia todo poder tiende a extralimitarse y la única forma de controlarlo es que la ciudadanía tenga una estructura mental clara, que sepa distinguir entre lo verdadero y lo falso, de lo sectario y lo universal. “Así damos poder crítico a cada uno de los ciudadanos, lo que salva a las democracias. Porque una democracia con votantes sumisos e ignorantes no es tal”.

José Antonio Marina visita el país para ofrecer una serie de conferencias durante esta semana sobre la concepción del amor, las cuales comenzaron ayer en la Facultad de Arquitectura de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y terminarán el viernes próximo en el Club de Industriales.

Para llegar a la población, dice, el filósofo  debe insertarse en las nuevas tecnologías de la información para enviar sus mensajes. “Las sociedades necesitan de la tarea seria del filósofo, no de lo que un individuo piensa del mundo, eso es como una especie de biografía conceptual. Cuando hablamos de filosofía, hablamos de argumentos con rigor”.

Y acercarnos a esas plataformas nos permite entender mejor lo que pasa en las sociedades. “Hoy  tenemos una cultura que avanza muy rápido y no podemos tener una visión general de lo que ocurre. Es el contacto con conocimientos muy sectoriales, que son a veces muy poderosos y no podemos criticarlos ni evaluarlos”.

Por esto, los filósofos debemos estar justo donde los hechos se están ventilando, donde están los grandes problemas y las nuevas tecnologías son el medio para hacernos presentes, agrega.

En este punto se le preguntó por qué los filósofos han dejado de ser la conciencia crítica de los gobiernos, a lo que respondió: “En el siglo pasado lo hicieron muy mal. Martin Heidegger fue aliado de los nazis; Jean Paul Sartre admitió que el régimen soviético era lo mejor que había. No tuvieron objetividad porque se ideologizaron”.

Casi todos los intelectuales del siglo XX eran filósofos y muchos fueron sectarios. Eso es algo que no puede ser un pensador. “Su característica vital  es su potencia crítica para saber aislar los problemas y no sumarse a una ideología. Y hoy tienen que ganarse nuevamente el prestigio que tuvieron durante la Ilustración”.

REDES SOCIALES. En cuanto al uso del Twitter y Facebook, señaló que lo lamentable de tecnologías de la información “es que están creando una nueva cultura de afirmaciones muy elementales que nada ayudan a el desarrollo humano.

Los jóvenes están perdiendo la capacidad de entender razonamientos un poco largos y con profundidad. De manera que las nuevas tecnologías están favoreciendo un tipo de cultura que se va a regir por slogans publicitarios, y lo terrible es que podemos estar en manos de quienes hagan afirmaciones contundentes pero estúpidas o sin fundamento, que generalmente llevan a la movilización social sin rumbo, agrega.

Entonces, lo que estamos viendo es que se hace política  a base de slogans y no de argumentos, ni de ideas o proyectos, finaliza.

http://www.cronica.com.mx/notas/2013/736944.html