Manuel Adahir Barreto Gómez*
- Introducción
México, uno de los mayores productores de petróleo en América Latina, se encuentra en un punto crucial de su historia energética. A medida que los recursos fósiles se agotan y las presiones globales para mitigar el cambio climático se intensifican, la necesidad de una transición energética se hace cada vez más urgente. La energía solar, en particular, representa una de las alternativas más prometedoras para el país, dadas las vastas zonas desérticas y la alta radiación solar que recibe a lo largo del año. No obstante, esta transición no será un proceso inmediato ni sencillo, ya que el país sigue dependiendo en gran medida de la industria petrolera para garantizar su desarrollo económico y estabilidad energética.
El objetivo de este ensayo es explorar cómo México puede convertirse en una potencia solar para el año 2045, respetando su legado en la industria petrolera, pero avanzando hacia un modelo energético más limpio, sustentable y alineado con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), especialmente el ODS 7 (Energía asequible y no contaminante) y el ODS 13 (Acción por el clima). Este proceso implica la reconversión gradual de la infraestructura energética, la integración de las energías renovables, y la adaptación progresiva de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y Pemex hacia nuevas formas de generación energética.
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