Todavía creo en esta ciudad: una artista contra el racismo
Amanda Phingbodhipakkiya es una mujer talentosa por donde se mire. Proveniente de una familia de inmigrantes tailandeses e indonesios radicados en Atlanta, graduada como neurociéntífica y posteriormente convertida en artista plástica, Amanda es admirada y ampliamente conocida en el mundo del arte por sus exploraciones en torno al feminismo, la ciencia y la comunidad. Su capacidad expresiva y su empatía la han convertido en ícono y portavoz de las personas de origen asiático que residen en Estados Unidos, quienes de manera reciente han padecido el aumento de actos de discriminación racial en su contra bajo el infundado prejuicio de que ellos son los principales responsables de la pandemia y de la propagación del COVID-19.
En la primavera de 2021, la Comisión de Derechos Humanos de Nueva York le encomendó a Amanda la realización de una campaña que, bajo el lema I still believe in this city (Todavía creo en esta ciudad), concientizara a los transeúntes sobre el aumento de la violencia y de las expresiones de odio en contra de los asiático-americanos. En consecuencia, la ciudad quedó cubierta de carteles, murales y anuncios espectaculares en los que se muestran imágenes de personas de origen asiático bajo una perspectiva afable y optimista, mientras que el texto que los acompaña contiene frases de protesta y denuncia como “Yo no te enfermé”. El contraste entre los mensajes de las imágenes y los textos tiene la intención de causar mayor impacto en los espectadores.
La exposición de las obras de arte de Amanda en el espacio público de Nueva York ha sido aplaudida y elogiada por todos. Su ejemplo debería ser replicado en muchas otras ciudades de Estados Unidos y el mundo, en particular en un contexto en el que los ataques racistas en contra de asiáticos, el antisemitismo y otras formas de xenofobia y discriminación racial, se han incrementado de forma alarmante. Ante estas oleadas de discursos de odio, el arte y los artistas comprometidos con la defensa de la diversidad cultural, los derechos humanos y la dignidad de la persona, deben alzar la voz y dejarse escuchar.
Escrito con información de:
https://news.un.org/es/story/2021/09/1495832
(26/09/21)