Un hombre entra a una cantina con su perro y pide una bebida. El cantinero le dice: —Usted no puede estar aquí con el perro. El hombre responde: —Es mi perro guía… soy ciego…
—¡Oh!, perdóneme— dice el cantinero. —Aquí tiene su bebida, yo se la invito. El hombre coge la bebida y se va a una mesa junto a la puerta.
Otro hombre entra con un perro. El primer hombre le susurra: —No puedes entrar con el perro a menos que digas que es tu perro guía porque eres ciego. El segundo hombre le agradece, va a la barra y pide una bebida. El cantinero le dice: — Usted no puede estar aquí con el perro. El hombre responde: —Es mi perro guía… soy ciego…
El cantinero le dice: —No lo creo; no se usan chihuahuas como perros guía…
El hombre calla un instante y contesta: —¿¡Qué!? ¿¡Me dieron un chihuahua!?…Ω
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