Walter Einenkel
Diario Daily Koss, 10 de agosto de 2015
Un ciudadano irlandés nacido en Argelia, Ali Charaf Damache, no será extraditado a Estados Unidos para enfrentar un juicio por conspiración al haber utilizado salas de chat en línea para reclutar a mujeres estadounidenses para una potencial célula terrorista. La razón por la cual la Corte Suprema de Irlanda ha dado el no, no ha dependido de si el Sr. Damache es culpable o inocente, sino de que el sistema judicial de Estados Unidos, y más concretamente su sistema penitenciario de confinamiento “supermax” —de supermáxima seguridad—, es equivalente, según la Corte, a un castigo cruel e inhumano:
En su sentencia, la jueza Donnelly dijo que en Estados Unidos no había revisión judicial significativa de las condiciones y necesidades de las cárceles.
La principal queja del señor Damache fue en relación con las condiciones supuestamente inhumanas en que estaría detenido en caso de que fuera extraditado. La jueza decidió que “la institucionalización del confinamiento solitario con su rutina de aislamiento del contacto físico significativo y de la comunicación con el personal y otros internos, por un período prolongado predeterminado de al menos 18 meses y continuado casi con certeza por muchos años, significa el incumplimiento del requisito constitucional de proteger a las personas contra los tratos inhumano y degradantes, y de respetar la dignidad del ser humano “.
La juez irlandesa se refiere a la prisión “supermax” de Colorado, Estados Unidos:
Inaugurada en 1994, la prisión “supermax” de Colorado es el centro penitenciario más duro y más controvertido en el sistema federal de Estados Unidos.
Es apodada el “Alcatraz de las Rocallosas” y ha albergado a algunos de los prisioneros de mayor mala fama del país, entre ellos Timothy McVeigh, el bombardero de Oklahoma City, y Ramzi Yousef, el bombardero del World Trade Center en 1993. Nunca nadie ha escapado de ella.
La comida se entrega a través de una ranura en la puerta de la celda. Las visitas familiares están prohibidas, las conversaciones con los otros internos están restringidas, y rara vez o nunca se puede vislumbrar un árbol o un pájaro a través de la ventana. Los presos pasan los días y las noches solos, sobre un suelo de concreto, con sus pensamientos sólo para sí mismos.
Esa cárcel es esgrimida por los abogados durante las audiencias de pena capital como una razón para no utilizar la pena de muerte, ya que (sostienen) la prisión “supermax” es peor que la muerte. Esta es la prisión en que Dzhokhar Tsarnaev pasará el resto de sus días como castigo por las bombas que arrojó en la Maratón de Boston.
Kenneth Fulton, director de la prisión, ofreció un raro atisbo de la cárcel “supermax” cuando dijo a la Corte de Irlanda en documentos legales que la prisión alberga a menos de una cuarta parte del 1% de todos los presos federales en Estados Unidos.
Christopher Synsvoll, abogado supervisor de la prisión, dijo que, en agosto de 2014, se encontraban allí 407 reclusos de un total de 207,504 en el sistema federal.
Damache está libre ahora después de haber estado tres años en prisión en Irlanda por cargos no relacionados con amenaza de terrorismo. Él parece haber realizado un excelente trabajo de readaptación. Probablemente es culpable de los cargos por los que Estados Unidos quiere encarcelarlo. Infortunadamente nuestro sistema penal (el estadounidense) está tan trastornado ahora que los demás países no quieren que nuestra moralidad les ensucie los zapatos.
(21(08/2015)
[1] Traducción de Estanislao Chávez.