Los tests de virginidad:
una prueba inútil y humillante

(Resumen)

Una prueba de virginidad es un examen ginecológico para, supuestamente, determinar si una mujer o una niña han tenido relaciones sexuales. Se llevan a cabo en al menos 20 países en todas las regiones del mundo.

            La Organización Mundial de la Salud, con el apoyo de la Oficina de Derechos Humanos de la ONU y de ONU Mujeres, ha pedido que se ponga fin a esa práctica porque no solo es innecesaria, sino que también puede ser humillante, dolorosa y traumática.

            Se trata de una violación de los derechos humanos de quien la sufre y del principio ético médico de “no hacer daño”.

            A veces son los padres o una potencial pareja los que piden la prueba para determinar si una mujer es “elegible” para casarse. También los empleadores la requieren como un requisito para contratar a una mujer. En algunos países, incluso es común que se hagan pruebas de virginidad a víctimas de violaciones para determinar si, en efecto, ocurrió.

            Doctores, policías y líderes comunitarios son los encargados de “juzgar” la virtud, el honor o el valor de una mujer.

            La prueba puede consistir en inspeccionar el himen para ver si se ha desgarrado o el tamaño de la abertura, pero también se llegan a insertar dedos en la vagina (la “prueba de los dos dedos”). La OMS sin embargo es tajante. Ninguno de los dos métodos puede probar si ha habido penetración vaginal.

Para ver el texto completo y la fuente:
https://news.un.org/es/story/2018/10/1443811
(26/10/2018)