Crítica histórica de la ONU al Vaticano por laxitud de medidas contra abusos de sacerdotes a niños y adolescentes y por sus posturas hacia la homosexualidad, la planificación familiar y el aborto1

El pasado 31 de enero de 2014 compareció ante el Comité de Derechos del Niño de la Organización de las Naciones Unidas el representante del Estado Vaticano. Tras la reunión, el Comité emitió un informe en el que critica, fuertemente y por primera vez, la laxitud de las medidas adoptadas por la Santa Sede ante los repetidos actos de abuso sexual cometidos por miembros de la jerarquía católica alrededor del mundo, así como por sus posturas hacia la homosexualidad, la planificación familiar y el aborto.

En el documento, el organismo internacional señala su preocupación por el ocultamiento de información respecto de los abusos perpetrados por miembros de la Iglesia en todo el mundo y el traslado de los ofensores de una iglesia a otra, lo cual pone en un alto riesgo de abuso sexual a otros niños, pues, asegura, decenas de abusadores sexuales están todavía en contacto con menores.

Así, el informe reprueba el “código de silencio” que adoptó la Iglesia para evitar que las víctimas hablaran y se dieran a conocer los abusos, con lo cual “privilegió sistemáticamente la preservación de la reputación de la Iglesia y del presunto ofensor sobre la protección de los niños”.

En consecuencia y a fin de dar cumplimiento a la Convención de los Derechos del Niño, ratificada por el Vaticano en 1990, el Comité de Derechos del Niño formula en el documento a la Santa Sede las recomendaciones siguientes:

1) Asegurar que la Comisión creada en 2013 por el Vaticano para indagar los abusos investigue de manera independiente todos los casos, así como la conducta de la jerarquía católica. La Santa Sede debe considerar que en esa comisión participe la sociedad civil y organizaciones de víctimas, y debe hacer públicos los resultados.

2) De manera inmediata, suspender en sus actividades religiosas a todos los que hayan cometido algún abuso así como a los sospechosos. Además, deberán remitirse los asuntos a las autoridades judiciales para investigación y enjuiciamiento.

3) Garantizar transparencia en la información sobre los casos de abuso que han permanecido ocultos, que deberá servir para detener a los responsables conocidos incluidos los que continúan en contacto con niños.

4) Modificar el Código de Derecho Canónico para que el abuso sexual de niños sea considerado un delito y no una “ofensa en contra de la moral”, y para que se deroguen todas las disposiciones que establecen la obligación de permanecer callado cuando se es víctima o cuando se es testigo de dicho delito.

5) Establecer reglas claras, mecanismos y procedimientos para reportar ante las autoridades judiciales todos los casos probables de abuso sexual infantil.

6) Establecer mecanismos obligatorios y claros para que todos los sacerdotes, el personal religioso y todas las personas que trabajen bajo la autoridad de la Santa Sede reporten las sospechas de abusos, y que esta obligación de denunciar quede por encima de cualquier mandamiento del Código de Derecho Canónico.

7) Desarrollar programas y políticas para prevenir esta clase de crímenes y para proveer a la recuperación y reintegración social de las víctimas según lo establecido en los documentos adoptados en 1996, 2001 y 2008 en el Congreso Mundial contra la Explotación Sexual de Niños.

8) Desarrollar programas de prevención de abuso sexual para niños que incluyan enseñanzas para que ellos desarrollen habilidades para identificar los abusos y protegerse de ellos.

9) Ratificar, como Estado soberano, la ‘Convención para la Protección de Niños contra la Explotación y el Abuso Sexual’ del Consejo Europeo.

Asimismo, en el informe se exhorta a la Iglesia a aprovechar su autoridad moral para condenar toda forma de discriminación o violencia contra los niños, basada en su orientación sexual o la de sus padres, y, de este modo, adherirse a la lucha internacional contra la discriminación de la homosexualidad.

De igual manera se convoca a la Iglesia a oponerse “explícitamente” al castigo corporal de menores y rechazar la tortura y otros tratos crueles, inhumanos o degradantes aunque estos se realicen en el círculo familiar. Adicionalmente, se solicita al Vaticano que retire su postura que incluye en los libros el estereotipo de género que limita el desarrollo equitativo del talento y habilidades de niños y niñas.

También se solicita a la Santa Sede que revise su Código de Derecho Canónico para que se reconozca “la diversidad de contextos familiares” y evitar con ello la discriminación de los niños por el tipo de familia con la que viven.

Finalmente, se exhorta a la Iglesia a que reflexione sobre su posición en cuanto aborto, la cual “evidentemente coloca en riesgo la vida y la salud de las niñas embarazadas”.

Referencias:

 

http://tbinternet.ohchr.org/Treaties/CRC/Shared%20Documents/VAT/CRC_C_VAT_CO_2_16302_E.pdf

http://www.eluniversal.com.mx/el-mundo/2014/impreso/critica-onu-al-vaticano-por-encubrir-pederastia-85841.html

http://www.lanacion.com.ar/1661601-feroz-critica-de-la-onu-al-vaticano-por-no-ir-a-fondo-contra-los-abusos

http://www.animalpolitico.com/2014/02/9-recomendaciones-de-la-onu-al-vaticano-para-castigar-la-pederastia/#axzz2swx8K9t4



[1] Documento elaborado por Estanislao Chávez López a partir de las fuentes señaladas al final.