El gran secreto de cómo México está cambiando el juego en la evaluación de derechos humanos

Por Amilcar Páris Mandoki[1]

En el mundo de la evaluación de derechos humanos, México está silenciosamente liderando una revolución con una herramienta innovadora llamada Sistema Nacional para la Evaluación de los Derechos Humanos (SNEDH). Esta plataforma única está transformando la forma en que el país mide y promueve el respeto a los derechos humanos.

En el año 2016, cuatro entidades clave se unieron con un propósito común: La Secretaría de Gobernación, la Secretaría de Relaciones Exteriores, el Programa Universitario de Derechos Humanos de la UNAM y datos.gob.mx. Su objetivo era crear una herramienta que permitiera evaluar el cumplimiento de los derechos humanos en México y facilitar el cumplimiento de las obligaciones del país bajo el Protocolo de San Salvador.

Después de dos años de trabajo colaborativo, no solo entre estas entidades sino también con la participación de otras instituciones del Estado Mexicano, sus esfuerzos dieron fruto. En 2018, se publicó el Sistema Nacional de Evaluación de Derechos Humanos (SNEDH), un logro significativo en la promoción y protección de los derechos humanos en México.

La publicación del SNEDH representó un hito en la historia de los derechos humanos en México. Pero ¿qué lo hace tan especial? A diferencia de otros sistemas, el SNEDH utiliza indicadores de progreso para evaluar el cumplimiento de los compromisos de derechos humanos. Este sistema no solo mide el grado de cumplimiento de los tratados internacionales firmados por el Estado mexicano, sino que también analiza el nivel en el que las personas disfrutan y ejercen sus derechos en el país.

Su enfoque en la responsabilidad del Estado para garantizar los derechos humanos de todos los habitantes y transeúntes en México lo convierte en una herramienta invaluable para la rendición de cuentas.

Los objetivos del SNEDH son ambiciosos pero alcanzables:

  • Medir el disfrute y ejercicio de los derechos humanos en todo el territorio nacional.
  • Verificar que México cumpla con sus obligaciones en materia de tratados internacionales de derechos humanos.
  • Fortalecer la exigibilidad de los derechos humanos ofreciendo acceso público a indicadores claros y medibles que reflejen el progreso y las áreas de mejora.

El SNEDH inicia poniendo el foco en 8 pilares, los ocho derechos humanos contemplados por el protocolo de san salvador, para evaluar el progreso del país en cada uno de ellos. Nos muestra cuánto hemos avanzado en garantizar que todos puedan disfrutar de sus derechos culturales, celebrando y protegiendo la diversidad y la riqueza de nuestras tradiciones y expresiones culturales. Nos permite ver el progreso que hemos hecho en asegurar que todos puedan vivir en un medio ambiente sano, subrayando la relevancia de la sostenibilidad y la limpieza ambiental para nuestra salud y bienestar. Destaca nuestros esfuerzos para garantizar que todos tengan acceso a una alimentación adecuada, un componente fundamental para una vida saludable. Ilustra nuestro compromiso con el trabajo digno, promoviendo condiciones laborales justas y equitativas para todos. Resalta nuestra dedicación a proteger la libertad sindical, permitiendo a los trabajadores organizarse y negociar colectivamente. Muestra nuestro empeño en garantizar que todos puedan gozar de salud y seguridad social, servicios esenciales para una vida digna. Y, nos recuerda nuestro objetivo de asegurar que todos puedan recibir una educación de calidad, una piedra angular para el desarrollo personal y profesional.

Lo que realmente cambia las reglas del juego con el SNEDH es su enfoque integral y transparente. Es la primera plataforma de este tipo en el mundo que concentra información relevante de casi 100 entes públicos, en 524 indicadores cualitativos y 363 indicadores cuantitativos, para realizar evaluaciones profundas y rigurosas.

Estos indicadores abarcan amplias dimensiones de cada derecho. Evalúan cómo los individuos y las comunidades perciben y experimentan sus derechos en la vida cotidiana. Consideran la habilidad y la voluntad del Estado para cumplir con sus obligaciones. Examinan cómo los recursos disponibles pueden afectar la capacidad del Estado para garantizar estos derechos. Observan a qué grado todos los individuos, independientemente de su identidad o circunstancias, tienen las mismas oportunidades para ejercer sus derechos. Atienden el acceso a la información pública, para ver si los ciudadanos cuentan con herramientas para entender y cuestionar las acciones del Estado, así como para participar en las decisiones que afectan sus derechos. Finalmente, reportan el acceso a la justicia, es decir si hay una garantía de que aquellos que violen estos derechos sean responsabilizados.

El SNEDH no solo es una herramienta para medir el avance en materia de derechos humanos, sino también un catalizador para el cambio. Al hacer que la información sea accesible y transparente, empodera a la ciudadanía para exigir sus derechos y a las autoridades para rendir cuentas. Es un ejemplo de cómo México está innovando y liderando en la promoción de los derechos humanos, y es un modelo a seguir para otros países que buscan garantizar el respeto y la protección de los derechos de todas las personas. El SNEDH es más que un sistema de evaluación, es un símbolo del compromiso de México con un futuro donde los derechos humanos sean una realidad para todos.


[1] Investigador en la Unidad de Indicadores del Programa Universitario de Derechos Humanos.