LECCIÓN 2
Titularidad y ejercicio

Todos sabemos, más o menos, cómo debería ser una democracia ideal, mientras que se sabe demasiado poco sobre las condiciones necesarias para conseguir una democracia posible, una democracia real.

La primera cuestión que hay que establecer aquí es que entre una experiencia democrática en pequeño y una experiencia democrática en grande hay un abismo. La humanidad ha sufrido durante más de dos mil años para conseguir tender un puente entre las dos orillas, y al pasar de las pequeñas comunidades democráticas a la democracia de las grandes cifras, hecha de pueblos y naciones enteras, es inevitable perder por el camino muchos requisitos que garantizan la autenticidad de una experiencia democrática “cara a cara”; y de una democracia a gran escala no se puede pretender lo que se puede pretender de una democracia a pequeña escala. Algo que mucha gente sigue ignorando. Por ejemplo, cuando Mario Segni* [político italiano] declara que un primer ministro elegido por el pueblo equivaldría a un “alcalde de Italia”, está claro que se le escapa la diferencia que hay entre micro y macrodemocracia.

En la lección anterior hemos visto la definición que podríamos denominar “etimológica” de la democracia, por haberla obtenido del análisis del nombre, y más específicamente hemos visto la palabra “pueblo” en sus distintas acepciones. Pasemos ahora a considerar el emparejamiento de “pueblo” con “poder”.

Sigue leyendo