Derechos humanos,
derechos universitarios y perspectiva
de género en la construcción
de la No Violencia

(Extracto)

Desde que las mujeres dieron los primeros pasos para su emancipación del sistema patriarcal, mucho se ha avanzado en el camino para otorgar pleno reconocimiento a los derechos de las mujeres en los espacios educativos. Han sido muchas las mujeres que en este tiempo han emprendido esfuerzos —muchos de ellos a costa de su propia vida— para que los derechos de las mujeres en diferentes ámbitos hayan quedado establecidos en leyes y reglamentos que hoy en día abonan al pleno goce de sus libertades. Sin embargo,  el que estos derechos humanos se encuentren establecidos en el marco legal, no es suficiente.

            La violencia de género continúa siendo, desafortunadamente, una asignatura pendiente en el marco de los derechos humanos de las mujeres en México y el resto del mundo. Es indiscutible que para alcanzar el pleno goce en el ejercicio de los derechos, es necesaria, en todos los ámbitos de la vida, la igualdad y la equidad entre hombres y mujeres.

            Uno de estos ámbitos sigue siendo el educativo. En este sentido, la violencia de género en los espacios educativos no está desconectada del entorno social. De alguna manera, la violencia de género que se vive en las aulas, patios, pasillos y oficinas de una institución educativa es, en parte, consecuencia también de la violencia de género que afecta a la sociedad en que ésta se encuentra.

            Para que exista una sana convivencia entre hombres y mujeres, docentes, alumnos y alumnas y personal administrativo, es indispensable contar con espacios libres de violencia, que privilegien la igualdad de género y el respeto a los derechos de todos. Por ello, es sumamente útil propiciar este tipo de encuentros que sumen puntos de vista que nos lleven a propuestas y soluciones a los problemas que aún subsisten en esta materia.

            ¿Por qué es importante para nuestra universidad luchar internamente contra la violencia de género desde un enfoque de derechos humanos?

            La Universidad Nacional Autónoma de México es la institución pública de educación superior a la que da vida el mayor número de alumnos, personal académico y  administrativo en toda América Latina. La UNAM significa para este país el reservorio más importante de cultura, educación media superior, superior y posgrado del más alto nivel, la institución más importante en la generación de investigación, ciencia y tecnología, extensión y difusión del conocimiento. Una universidad que mira a su comunidad con una perspectiva de género, donde se combate activamente el abuso y el hostigamiento sexual a sus alumnas, maestras, investigadoras y trabajadoras, es una universidad con autoridad para fomentar una sociedad libre de agresiones físicas, psicológicas y sociales para la mujer.

            Una institución universitaria que defiende a su comunidad femenina de la violencia de género es una institución que hace efectivo el derecho de ellas: 1) A  vivir una educación libre de violencia, en paz y dedicadas a sus actividades académicas y laborales; 2) A defender la igualdad de género, donde profesores, alumnos y personal administrativo varonil no menosprecien su capacidad intelectual, conocimientos, experiencia, participación y trabajo por el solo hecho de ser mujeres, y reciban un trato digno y respetuoso; 3) A hacer uso de las instalaciones y equipamiento universitario en igualdad de condiciones que los hombres, así como a tener acceso a la prestación de los diversos servicios que otorga la Universidad, con la misma eficiencia, eficacia y oportunidad, en sitios adecuados y con dignidad y respeto a su persona; 4) A recibir una evaluación académica justa y apegada al conocimiento adquirido y demostrado, alejada de prejuicios y vicios personales contra la mujer; 5) A que se defienda su derecho a la libertad de pensamiento y creatividad académica, cultural y artística, para que las universitarias puedan externar su opinión y destrezas sin miedo a que estas sean desestimadas, y a que sean consideradas tan valiosas y útiles como las de cualquier varón; 6) A no ser discriminadas por el solo hecho de ser mujeres, por su origen étnico, ideológico, creencia religiosa, filiación política, preferencias sexuales, situación económica o capacidades diferentes; 7) A que se le garantice un trato digno, justo, imparcial y diligente cuando presenten alguna denuncia por motivo de violencia de género o de cualquier otra naturaleza, siempre y en todo momento bajo una perspectiva de género. Para la UNAM, hacer respetar los derechos humanos de su comunidad femenina es fundamental, pues con ello se fortalece toda la Universidad en un ambiente de respeto e igualdad.

            Indudablemente, la violencia de género existente en las aulas universitarias es producto de la violencia de género instalada en nuestra sociedad, profundamente enraizada en las desigualdades de poder y en la asimetría social entre hombres y mujeres, que generan para la mujer injusticia social, política, económica y patrimonial, y que ponen en una posición de privilegio a los hombres. Su participación en instituciones tanto políticas como de la sociedad civil ha permitido, gradualmente, la transformación positiva de la realidad que hoy vivimos en materia de violencia de género, pero queda mucho por hacer. Gracias a los movimientos sociales internacionales y nacionales, así como a la consolidación de un sistema que defiende mediante instrumentos jurídicos los derechos humanos, es como hoy las mujeres universitarias tienen mayores herramientas para hacer exigible su derecho a vivir una educación superior libre de violencia de género.

            Para combatir cualquier conducta o acto que violara los derechos universitarios, en la UNAM se creó en 1985 la Defensoría de los Derechos Universitarios, órgano que tiene la responsabilidad de recibir quejas de carácter académico y administrativo, y ahora también, de violencia de género. En este sentido, y conforme a los principios internacionales en materia de derechos humanos, la Universidad ha emitido diversos lineamientos que coadyuvan a atender el problema de violencia de género en el ámbito universitario. En marzo de 2013, el Rector José Narro dio los primeros pasos normativos en materia de igualdad de género al emitir los Lineamientos Generales para la Igualdad de Género en la UNAM, a fin de establecer normas generales que fomentaran la equidad de género, como condición indispensable y necesaria para alcanzar la igualdad entre hombres y mujeres. En este ordenamiento se definieron las conductas violentas y se establecieron responsabilidades.

            En 2016, el Rector Enrique Graue emitió el Acuerdo por el que se establecen Políticas Institucionales para la Prevención, Atención, Sanción y Erradicación de Casos de Violencia de Género, documento del que luego se desprendió el Protocolo para la Atención de Casos de Violencia de Género, lineamiento que unificó los procedimientos de cada dependencia para atender casos en esta materia. Ese mismo año, la Defensoría de los Derechos Universitarios emitió una nueva versión de la Guía de Derechos y Deberes de los Estudiantes de la UNAM, que facilitó la difusión de los principios bajo los que se rigen los derechos y deberes de la comunidad Puma, haciendo énfasis en el combate a la violencia de género.

            De acuerdo con el más reciente reporte de la autoridad universitaria acerca de los procedimientos administrativos que han procedido en materia de violencia de género, se ha sancionado a 108 alumnos, 90 de ellos con suspensión temporal y 18 con expulsión definitiva. Asimismo, se ha sancionado a 159 profesores, 48 de ellos amonestados, 65 suspendidos temporalmente y 46 con rescisión de contrato. También fueron sancionados 99 trabajadores administrativos, 23 de ellos, amonestados, 48 suspendidos y 28 con rescisión. Estos datos confirman que los esfuerzos institucionales para sancionar la violencia de género en la UNAM están en funcionamiento y que la lucha contra la violencia de género es una prioridad para la institución y un compromiso con las víctimas.

            Esta estadística debe llevarnos a reflexionar en que la UNAM, como respetuosa también de los derechos humanos, debe: 1) Apegarse al marco jurídico en que las personas que son sometidas a estos procedimientos puedan ejercer su derecho al debido proceso y 2) Evitar que los señalamientos de violencia de género —que desde luego deben investigarse— afecten indebidamente los derechos del acusado.

            Otra acción institucional en el marco de fortalecer los derechos humanos de las mujeres y la lucha contra la violencia y discriminación de género, fue la adhesión de la UNAM al programa internacional de las Naciones Unidas “Heforshe: Movimiento solidario en favor de la igualdad de género”. Con la firma de colaboración en este programa, la UNAM llevó a cabo diversas actividades y compromisos, entre los que destacó la implementación del Protocolo, el establecimiento de 148 objetivos locales en 68 dependencias universitarias para abatir la desigualdad de género, el lanzamiento de la campaña “Yo respaldo la igualdad de género”, así como la realización de más de 400 eventos con miras a que la comunidad universitaria reflexionara sobre el tema de derechos humanos, la igualdad entre hombres y mujeres, la equidad y la violencia de género.

            ¿Qué mejoras podemos llevar a cabo en la UNAM, desde la perspectiva de los derechos humanos y el género, a la legislación universitaria? Además de algunas ya mencionadas, son las siguientes:

  • Fortalecer a la Defensoría de los Derecho Universitarios en sus atribuciones para conocer de los casos de violencia de género y tramitar los procedimientos correspondientes hasta su conclusión.
  • Otorgar las garantías necesarias a la denunciante de violencia de género para que la información proporcionada para la denuncia no llegue a conocimiento de terceros.
  • Perfeccionar el procedimiento de acompañamiento a las víctimas de violencia de género, a fin de que la UNAM las respalde hasta donde sea necesario en su denuncia y durante el procedimiento ante las autoridades, en especial en aquellos casos en que se encuentre en riesgo la integridad física de la denunciante.
  • Intensificar la capacitación en materia de sensibilización y violencia de género para todo el personal involucrado en la atención de quejas por violencia de género.
  • Continuar con la concientización y sensibilización en materia de violencia de género a la comunidad universitaria mediante la realización de talleres, cursos, conferencias, exposiciones, competiciones artísticas, etc. Asimismo, incluir en los eventos organizados por la UNAM, como ferias y festivales, estrategias comunicacionales sobre la No violencia de género. De este modo generaremos una cultura sobre los derechos de las mujeres universitarias.
  • Organizar de manera periódica, en todas las dependencias de la UNAM y tomando en consideración la naturaleza de cada una de ellas, ciclos de cine sobre violencia y perspectiva de género.
  • Realizar campañas de difusión de la normativa, políticas y acciones institucionales en materia de prevención y atención de la violencia de género, tomando en cuenta las diversas necesidades de la comunidad estudiantil, y promover su participación, propiciando la apropiación de las políticas institucionales y que, desde su manera de entender el problema, propongan medidas para mejorarlas. Estas campañas institucionales de difusión deben ser sumamente cuidadosas y con la participación de la comunidad universitaria y expertos en violencia de género.
  • Mejorar por parte de la UNAM la eficiencia en el uso de las redes sociales como Facebook, Twitter, Youtube para que sirvan como canales de comunicación y de prevención, así como para informar adecuadamente sobre los mecanismos de atención. Esto ayudará paulatinamente a crear conciencia sobre el problema, además de difundir los canales y las formas jurídicas de denuncia.
  • Llevar a cabo campañas de concientización dirigidas a la comunidad masculina universitaria a fin de prevenir la violencia de género.
  • Realizar sondeos periódicos entre la población académica y estudiantil para evaluar si las acciones y políticas institucionales emprendidas están teniendo el impacto esperado entre la población universitaria.
  • Incluir en todos los portales electrónicos de dependencias universitarias un vínculo que remita a la página <igualdaddegénero.unam.mx> para hacer del conocimiento público y más accesibles todas las formas institucionales de atención en caso de sufrir violencia de género en la UNAM.

            Mirar la legislación universitaria colocándonos los lentes de la perspectiva de género y de los derechos humanos, y decir No a la Violencia nos lleva a reflexionar sobre los retos que son necesarios para lograr la igualdad entre hombres y mujeres en el libre ejercicio de sus derechos estudiantiles, de trabajo, docentes y de investigación. Por ello, el reto de alcanzar espacios libres de violencia debe lograrse a partir de la generación de esa cultura de la denuncia de casos, y de la investigación y sanción cuando corresponda. No obstante, cuando se haya tenido respuesta a los distintos planteamientos hechos en algunas comunidades, esto debe conocerse y valorarse a efecto de evitar el cierre de instalaciones. Si bien éste se originó por las denuncias existentes, las respuestas otorgadas por la autoridad deben dar pauta para el restablecimiento de la actividad académica sin demérito de darle seguimiento al cumplimiento de esas demandas.

            Estudiar, trabajar o investigar en una universidad libre de violencia de género es un derecho, pero también una responsabilidad de todos los miembros de nuestra comunidad.

Por mi raza hablará el espíritu.

Muchas gracias.

 

[1] Documento leído en el conversatorio Derechos humanos, legislación universitaria y perspectiva de género en la construcción de la No violencia, celebrado el 30 de enero de 2020 en la Escuela Nacional de Trabajo Social.

[2] Documento elaborado por el Mtro. Luis Raúl González Pérez y el Lic. Estanislao Chávez López, coordinador y asistente de la Secretaría Académica del PUDH UNAM, respectivamente.