La gorgona

Supongo que ocurre así en todos los ámbitos. Los intocables son intocables hasta que se les toca. Pero para tocarlos se requiere una dosis de arrojo y una mayor dosis de prudencia, pues si el golpe no es perfecto se revierte contra quien lo realiza. La caricatura de Paco Calderón en Reforma es magistral: Perseo Nieto ha cortado la cabeza a la Gorgona. El titular de La Razón es insuperable: “Se acabó”.

La postura de Andrés Manuel López Obrador es amarga: “En busca de legitimidad el corrupto Enrique Peña Nieto recurre al quinazo contra su ex socia. Es afianzar el salinismo como política. Son otros tiempos”. En la misma línea de hiel, el editorial oficial de La Jornada condena: “Lejos de fortalecer el estado de derecho, la acción efectuada ayer en el aeropuerto de Toluca contribuye a debilitarlo, en la medida en que exhibe una legalidad empleada de manera facciosa y personalizada, así como una procuración de justicia orientada más al ajuste de cuentas dentro del grupo en el poder que a la defensa de la legalidad”. Bueno, la procuración de justicia no puede ser más que personalizada: las acciones penales se ejercen contra personas ––no contra entes abstractos–– a las que se acusa de haber cometido una o varias conductas delictivas. ¿Facciosa? ¿Ese reproche supone que se deben dejar de perseguir delitos en atención al grupo al que pertenezca el indiciado? ¿No fue en el régimen de López Obrador que se encarceló a Carlos Ahumada después de que denunció que desde el gobierno se le extorsionaba? Lo que importa no es la facción a que pueda pertenecer el inculpado sino que el órgano de la acusación cuente con pruebas que sustenten la acción penal y que se respete el derecho a un debido proceso.

No se detuvo a la maestra ilegalmente ni se le aplicó la abusiva figura del arraigo, en virtud de la cual un individuo puede estar detenido hasta 80 días sin que existan los elementos probatorios que permitirían someterlo a proceso. La maestra fue detenida no por decisión del Procurador General de la República sino de un juez, que dictó orden de aprehensión en su contra con base en las probanzas aportadas por la PGR. La acusación no se basa en la declaración de un testigo protegido o inducido ––que suelen acusar falsamente–– sino en datos que son fehacientemente corroborables.

La investigación exhibida por el Procurador ante los medios detalla que la inculpada desvió de su objeto recursos de los trabajadores de la educación. De acuerdo con la acusación, trianguló desde 2008 más de dos mil millones de pesos de dos cuentas bancarias del SNTE para personas y empresas prestanombres que pagaron cirugías estéticas, compras en tiendas de lujo, obras de arte y dos residencias en San Diego. Siempre de acuerdo con la Procuraduría, la líder magisterial realizó depósitos de dos millones de dólares mediante transferencias bancarias a Suiza y a Liechtenstein. Falta la revisión de otras 79 cuentas.

Durante varios sexenios, Elba Esther Gordillo fue todopoderosa. En el sexenio pasado se entregó a su sindicato más dinero que nunca y la Subsecretaría de Educación Básica. El Estado había perdido la rectoría en materia educativa. Desde su inicio, el actual gobierno empezó a revertir esa anomalía. La maestra se opuso a la reforma educativa. Pero todo indica que no es por eso, sino por los hechos señalados por el Procurador, por lo que se le ha detenido.

VIOLADORES DETENIDOS

La violación es uno de los delitos más aborrecibles. Su gravedad es tal que deja una sombra de dolor anímico, en ocasiones inextinguible, en la vida de las víctimas. En algunas genera un sentimiento de desconfianza aguda y un rechazo profundo hacia la sexualidad, hacia el propio cuerpo. A otras las sumerge en una depresión tan profunda que puede llevarlas incluso al suicidio.

Lo expresa desesperadamente Magdalena, la mujer violada de Dulce cuchillo, la magnífica novela de Ethel Krauze sobre este doloroso tema: “Yo no sé quién soy, en ese momento estoy muriendo, algo dentro de mí está muriendo, algo que ya nunca más voy a poder recuperar… Desde ese momento una mancha roja, oscura, café, negra, me ha cubierto y no podré jamás sacármela…”. Y le reprocha al violador: “… violas algo más íntimo que la vagina, una vagina del alma, un himen del espíritu… su capacidad (de la víctima) genuina de amar, de desear humanamente, de decidir por ella misma, las expectativas de vida que se ha forjado, su futuro imaginado; violas su relación con el mundo, la percepción que tendr lo han hecho en el caso de las turistas españolas violadas en Acapulco por unos encapuchadosivas de vida que se ha forjado, su á de ahora en adelante de la confianza, de la seguridad, de la vida misma”. Lo expresa  amargamente la mujer violada de La violación de Lucrecia de Shakespeare: “Si Tarquino fuese la Noche, en vez de ser solamente el hijo de la Noche, mancharía a la reina de resplandores plateados, y las estrellas, sus doncellas de confianza, violadas también por él, no osarían mostrarse sobre el seno tenebroso de la noche… yo sola he de gemir en mi abandono, sazonando la tierra con lluvias de llanto, salino de plata, mezclando lágrimas a mis palabras, sollozos a mi dolor, pobres sepulcros deshechos de una lamentación eterna”.

Ante la noticia de una violación, las autoridades deben prodigar atención profesional de calidad y calidez a la víctima, y poner todos sus afanes en atrapar al violador. Así lo han hecho en el caso de las turistas españolas violadas en Acapulco por unos encapuchados. Se detuvo a cinco de los seis violadores en unos cuantos días. En la investigación participaron la Procuraduría local y la General de la República. Según dijo el titular de esta última, las huellas dactilares encontradas en la escena del crimen coinciden con las de los detenidos. Es un gran logro de la procuración de justicia y la mejor manera de enmendar las muy desafortunadas declaraciones del alcalde, quien en un primer momento señaló que un episodio como éste ocurría en cualquier lugar del mundo. No era fácil descubrir la identidad de delincuentes que en el momento del delito llevaban cubierto el rostro, ubicarlos y detenerlos. Pero así se hizo a contracorriente de la cotidiana ineficacia de los órganos de persecución del delito en nuestro país.

Expresado el reconocimiento por este éxito notable, es de exigirse que en todos los casos de violación, absolutamente en todos, sea cual fuere la condición socioeconómica y la nacionalidad de la víctima, las autoridades de procuración de justicia actúen con el mismo empeño, con la misma diligencia, con el mismo profesionalismo. En México, la gran mayoría de las violaciones no se denuncian, y en el 80% de las denunciadas no se pone al presunto violador a disposición del juez. La impunidad, tratándose de un delito tan devastador, es escandalosamente ofensiva, intolerable. El caso de las turistas violadas demuestra que eso no es una fatalidad.