Morir habemus

Ese pollo que ves en la cocina,
colgado de las patas y sin pluma,
ese vaso de vino con espuma
que te hace andar a ratos de bolina…

Esa apretada y roja tagarnina,
que menos arde cuanto más se fuma,
ese dolor de muelas que te abruma
y esa baja de fondos que te arruina,

No son, como tú piensas, nimiedades,
ni caprichos tampoco de la suerte
que otros suelen llamar casualidades.

Ejemplos son con que el Señor te advierte,
en la forma que cumple a sus bondades,
que todo es ilusión, menos la muerte.

Manuel del Palacio y Simó