El 21 de mayo de 2007, a 150 kilómetros de las costas maltesas, un avión de observación de la agencia Frontex[1] localizó una embarcación a la deriva con una sobrecarga de 53 pasajeros, entre los que había mujeres y niños pequeños. Inmediatamente el piloto lo notificó a las autoridades maltesas, sin embargo, ellas rechazaron intervenir porque los náufragos estaban dentro de la zona de rescate de Libia. A pesar de las protestas de varias organizaciones, nadie hizo nada. Los migrantes desaparecieron.
Desde 2007 y sin importar los peligros, en la ruta migratoria del Mediterráneo se ha ido incrementando el tránsito de indocumentados cada año. Al día de hoy, es el camino ilegal más frecuentado del mundo por los migrantes. Este aumento se debe a todas las violaciones de derechos humanos que están ocurriendo en muchos países de África y Oriente Medio. Anteriormente, Libia pudo acoger migrantes, pero ahora este país está también en una situación de guerra y violencia. La última opción de estos migrantes es Europa.
Los migrantes toman enormes riesgos para ir a Europa, no porque quieran sino porque no tienen elección. La gran mayoría de esos migrantes provienen de Sigue leyendo