Si, al mecer las azules campanillas
de tu balcón
crees que suspirando pasa el viento
murmurador,
sabe que, oculto entre las verdes hojas,
suspiro yo.
Si, al resonar confuso a tus espaldas
vago rumor,
crees que por tu nombre te ha llamado
lejana voz,
sabe que, entre las sombras que te cercan,
te llamo yo.
Si te turba medroso en la alta noche
tu corazón,
al sentir en tus labios un aliento
abrasador
sabe que, aunque invisible al lado tuyo,
respiro yo.
Gustavo Adolfo Bécquer