Esperanza de vida en México:
De cómo los indicadores pueden señalar catástrofes

M. en C. Laura Elisa Pérez Gómez

Indicadores para el derecho a la salud

El desarrollo de indicadores de medición para los derechos humanos tiene en su base conceptual la premisa de que éstos deben reflejar las obligaciones del Estado en la materia[1]. La precisión normativa que establece el sistema internacional para el derecho a la salud parte de una caracterización amplia: “el derecho a la salud debe entenderse como un derecho al disfrute de toda una gama de facilidades, bienes, servicios y condiciones necesarios para alcanzar el más alto nivel posible de salud”[2]. Esta caracterización implica que los indicadores identificados para medir el cumplimiento de este derecho cubren una amplia gama de aspectos.

En la Observación general número 14 que proporciona las pautas para desglosar los componentes de este derecho, el Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de Naciones Unidas interpreta el derecho a la salud como: “un derecho inclusivo que no sólo abarca la atención de salud oportuna y apropiada sino también los principales factores determinantes de la salud, como el acceso al agua limpia potable y a condiciones sanitarias adecuadas, el suministro adecuado de alimentos sanos, una nutrición adecuada, una vivienda adecuada, condiciones sanas en el trabajo y el medio ambiente, y acceso a la educación e información sobre cuestiones relacionadas con la salud, incluida la salud sexual y reproductiva.”[3]

En México, a partir de 2008, la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos lleva a cabo un proyecto de trabajo, junto con INEGI y la CNDH, dirigido a mostrar un panorama sobre el cumplimiento de los compromisos contraídos por México en el plano internacional, a través de indicadores. En 2011 la OACNUDH presentó los Indicadores sobre el Derecho a la Salud en México, publicación que contiene los resultados en esta materia para el período 1990-2010, en un conjunto de 64 indicadores de procesos y de resultados[4].

Esta publicación destaca en sus conclusiones que: “es mediante la construcción de un sistema de indicadores de derechos humanos que se puede conocer el grado de protección y de promoción de estos derechos; se ofrecen bases para que las políticas públicas en materia de derechos humanos respondan a las necesidades reales de las personas; y, se proporcionan insumos sobre la posibilidad de generación de información estadística con enfoque de derechos humanos.”[5]

La esperanza de vida como indicador sintético de derechos

El Programa Universitario de Derechos Humanos de la Universidad Nacional Autónoma de México, desarrolla una línea de trabajo sobre indicadores para evaluación de la situación de los derechos humanos; la información que se describe a continuación forma parte de la investigación y sistematización actualizada de indicadores para evaluar el derecho a la salud en México. Si bien, el propósito del presente artículo consiste únicamente en analizar los resultados particulares del indicador que se conoce como esperanza de vida al nacimiento[6], el cual refleja no solo condiciones de salud, sino que también muestra los impactos del ejercicio de muchos otros derechos entre los que destacan la seguridad personal y, por supuesto, el derecho a la vida.

El premio Nobel de economía Amartya Sen ha mostrado como la esperanza de vida y mortalidad son indicadores que: contienen una importancia intrínseca para las personas que valoran la longevidad como algo positivo; tienen un significado capacitante para la realización de las actividades humanas; sirven como representación de logros y fracasos asociados en muchas materias sociales y económicas; así como también reflejan desigualdades sociales (particularmente distinciones de género y disparidades raciales). Sen destaca que es aterrador el hecho de que muchas personas en el mundo están condenadas a una vida miserable y precaria y a una muerte prematura, situaciones que guardan una relación directa con factores que incluyen condiciones de bajos ingresos, inadecuados servicios de salud pública, deficiencias en la seguridad social, los que en última instancia muestran la ausencia de responsabilidad social y de interés por parte de las autoridades[7].

En términos técnicos, el indicador de la esperanza de vida al nacimiento se define como el “número medio de años que se espera viva un/a recién nacido/a si las condiciones de mortalidad actuales continúan sin modificación”[8] y se calcula usando tablas de mortalidad que cada país elabora con base en técnicas demográficas.

En México, el Consejo Nacional de Población es el organismo encargado de calcular los indicadores generales demográficos; éstos deben ajustarse cada vez que se obtiene nueva información de censos y conteos de población. CONAPO publicó la última actualización de estos indicadores en diciembre de 2012, como parte de su documento: “Proyecciones de la población de México 2010-2050”.

Aunque los resultados del XXII Censo Nacional de Población de 2010 estuvieron listos desde 2011, las proyecciones ajustadas de CONAPO tomaron más de un año en aparecer. En consecuencia, es importante destacar que muchas investigaciones que utilizan el indicador de esperanza de vida, publicadas incluso en el primer semestre de este año, no incluyen los datos concordados de este indicador. Tal es el caso de los indicadores de salud publicados por la OACNUDH en 2011, del Informe sobre Desarrollo Humano 2013 del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) e incluso de la base de datos en línea del Banco Mundial[9].

Catástrofe humanitaria derivada del incremento en defunciones por homicidio

Como ya fue señalado el indicador de esperanza de vida se deriva en parte de tasas de mortalidad; CONAPO no presenta estas tasas en sus proyecciones pero señala como sus fuentes a las estadísticas vitales del INEGI y la población reportada en censos y conteos de población[10]. En particular aclara que: “En el quinquenio de 2005 a 2010 se observa un incremento en la mortalidad en algunas entidades federativas, en particular en las edades de 10 a 50 años de edad (sic); el aumento en defunciones se debe a un incremento en la mortalidad por homicidio que se han dado en varios estados del país…”[11].

En efecto, el incremento de la tasa de mortalidad por homicidio a nivel nacional es alarmante, pasa de menos de 10 defunciones por cien mil habitantes en 2005, a casi 24 en 2011, después de haber mantenido una tendencia a la baja durante los quince años previos; además, la tasa para la población masculina se eleva hasta casi 43 defunciones por cien mil hombres.

mortalidad

Fuente: Cálculos propios a partir de los registros administrativos de defunciones originadas en homicidios del INEGI[12] y los datos de población a mitad de año de CONAPO.

 

En la “Semana de Prevención de Violencia desde la Salud Pública” organizada por la Secretaría de Salud y celebrada en la Ciudad de México del 11 al 15 de noviembre de 2013, se presentaron análisis y materiales adicionales que configuran un panorama sumamente complicado:

  • El total de defunciones por homicidio del período 2007-2012 asciende a 116,289.
  • Los homicidios pasaron de ser la décima causa de muerte en 2006 a la sexta en 2012[13].
  • En 2012, los homicidios son la principal causa de defunción en el rango de población de 15 a 44 años de edad.

La magnitud de este problema se puede dimensionar con parámetros internacionales ya que para la Organización Mundial de la Salud, una tasa mayor a 10 homicidios por cada 100,000 habitantes se considera una epidemia[14].

El impacto del incremento de las defunciones por homicidio genera una reducción en la esperanza de vida de la población mexicana y, sobre todo, de la población masculina. La gráfica siguiente presenta los promedios nacionales por sexo y, como referencia negativa, los valores del indicador para la población de hombres en Chihuahua[15], que es la entidad federativa que muestra la mayor mortalidad por homicidio en el período, lo que provocó una pérdida de 7.5 años de vida a la población masculina.

esperanza

 

Aunque pareciera que el impacto neto de pérdida promedio en la población nacional entre 2007 y 2010 es de sólo 0.16 años de vida, el Dr. Julio Frenk enfatizó que al país le tomará cuando menos cinco años regresar al nivel anterior del indicador[16].
Esta situación puede catalogarse como una catástrofe humanitaria generada por la errónea estrategia de “guerra contra el crimen organizado”, la cual fue impuesta de manera autoritaria, durante el mandato pasado del ejecutivo federal, contra todas las voces que se alzaron para repudiarla.

La redefinición participativa de políticas públicas con enfoque de derechos humanos impulsa la gobernanza democrática

Los instrumentos de evaluación de los derechos humanos basados en indicadores pretenden constituirse en herramientas útiles para la redefinición de las políticas públicas en la materia. La metodología propuesta por el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos y la Organización de Estados Americanos, hace énfasis en la importancia de contar con información suficiente para todos los derechos y en la necesidad de estimular el empoderamiento y fortalecimiento de la sociedad civil para participar en todos los procesos requeridos para promover la garantía de los derechos, impulsando así la gobernanza democrática de cada país.

Lo anterior hace necesario que los Estados establezcan condiciones propicias en su estructura y en el sistema jurídico “para que la población pueda participar en la definición del alcance del derecho, en el diseño y la implementación de las políticas para garantizarlo y en los procesos para monitorear su avance y exigir su cumplimiento”[17].

Los indicadores que hemos tomado como ejemplo: mortalidad y esperanza de vida, aunque son lo suficientemente robustos y flexibles para mostrar cuándo se precisa tomar acciones para resolver problemáticas urgentes, sólo pueden interpretarse adecuadamente en conexión con otros indicadores para poder contar con una perspectiva integral de derechos. Presentaremos el reporte completo de la situación del derecho a la salud en México en cuanto el PUDH-UNAM concluya el trabajo de actualización de los indicadores de Naciones Unidas y de la OEA y se lleve a cabo un proceso de validación de los resultados por parte de las entidades académicas y organizaciones de la sociedad civil que están acompañando esta labor[18].

La metodología de indicadores para la evaluación de la situación de los derechos humanos, pretende que los Estados dispongan de la evidencia empírica suficiente para el rediseño participativo de políticas públicas considerando un enfoque de integralidad e interdependencia de los derechos humanos. Hemos dado aquí una pequeña muestra de la conveniencia de la pronta adopción de estos instrumentos de evaluación.

Bibliografía

Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH), Informe sobre indicadores para vigilar el cumplimiento de los instrumentos internacionales de derechos humanos, HRI/MC/2006/7, 11 de mayo de 2006.

Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, oficina en México; INEGI; CNDH; Indicadores sobre el Derecho a la Salud en México; 1ª edición 2011.

CONAPO, Proyecciones de la población de México 2010-2050. Documento Metodológico, Diciembre 2012.

INEGI, Consulta interactiva de datos sobre Mortalidad general. En: http://www.inegi.org.mx/lib/olap/general_ver4/MDXQueryDatos.asp?#Regreso&c=11144+C1 (Consulta del 5/nov/2013).

Naciones Unidas, Consejo Económico y Social, Observación general Nº 14. El derecho al disfrute del más alto nivel posible de salud, E/C.12/2000/4, 11 de agosto de 2000.

OEA, Secretaría Ejecutiva para el Desarrollo Integral, Indicadores de progreso para medición de derechos contemplados en el Protocolo de San Salvador, OEA/Ser/L/XXV.2.1 GT/PSS/doc.2/11 rev.2, 16 de diciembre de 2011.

OEA, Secretaría Ejecutiva para el Desarrollo Integral, Indicadores de progreso para medición de derechos contemplados en el Protocolo de San Salvador. Segundo Agrupamiento de Derechos, OEA/Ser/L/XXV.2.1 GT/PSS/doc.5/12, 26 de noviembre de 2012.

PNUD, Informe Regional de Desarrollo Humano 2013-2014. Seguridad Ciudadana con rostro humano: diagnóstico y propuestas para América Latina, Nueva York, Noviembre 2013, 285 pp. En: http://www.undp.org/content/undp/es/home/librarypage/hdr/human-development-report-for-latin-america-2013-2014/

PNUD, Informe Regional de Desarrollo Humano 2013-2014. Anexo Estadístico-Metodológico, Nueva York, Noviembre 2013, 285 pp. En: http://www.latinamerica.undp.org/content/dam/rblac/img/IDH/IDH-ALAnexoEstadisticoMetodologico.pdf

PNUD, Indicadores Internacionales sobre Desarrollo Humano, Base de datos. En: http://hdrstats.undp.org/es/cuadros/

Secretaría de Salud, CENAPRA, Observatorio Nacional de Lesiones, Perfil Nacional de Lesiones por Causa externa en México 2013, 10 pp. En: http://www.cenapra.salud.gob.mx/interior/Pub2012/Perfil_lesiones2013.pdf

Sen Amartya, La mortalidad como un indicador económico (págs.69-107), en: Primero la Gente. Una mirada desde la ética del desarrollo a los principales problemas del mundo globalizado, Ed. Temas, Barcelona, Doceava edición 2011.


[1] Ver ACNUDH, HRI/MC/2008/3, párr. 5.
[2] Naciones Unidas, Observación general Nº 14, párr. 9.
[3] Op. Cit., párr. 11.
[4] La publicación puede consultarse en línea en el sitio de la OACNUDH o en el sitio del PUDH-UNAM.
[5] OACNUDH, Indicadores sobre el Derecho a la Salud, pág. 195.
[6] Indicador de resultados para el derecho a la salud, tanto en la metodología de Naciones Unidas como en la de la Organización de Estados Americanos.
[7] Sen Amartya, La mortalidad como un indicador económico, págs. 70-102.
[8] OACNUDH, Op. Cit., pág. 176.
[9] http://datos.bancomundial.org/pais/mexico?display=graph , consulta el 7 de noviembre de 2013.
[10] CONAPO, Proyecciones de la población de México 2010-2050. Documento Metodológico, pág. 20.
[11] Op. Cit., pág. 32.
[13] Secretaría de Salud, Perfil… (Principales Causas de Muerte en México 2006-2011), pág. 2.
[14] PNUD, Informe Regional de Desarrollo Humano 2013-2014, pág. 46.
[15] Las otras entidades que sufren reducciones en la esperanza de vida son: Baja California, Coahuila, Guanajuato, Michoacán, Morelos, Nayarit, Nuevo León, Sinaloa y Zacatecas (CONAPO, Documento Metodológico, Esperanza de vida por sexo y entidad federativa. Cuadro 7, pag. 40).
[16] Periódico El Universal, Frenó violencia esperanza de vida en México: Frenk, Viernes 19 de julio de 2013. En: http://www.eluniversal.com.mx/nacion-mexico/2013/frenk-esperanza-vida-fox-937258.html
[17] OEA, Segundo Agrupamiento de Derechos, pág. 56.
[18] Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM; Coordinación del Doctorado en Ciencias en Salud Colectiva, UAM Xochimilco; INCIDE Social, A.C.; Observatorio de Política Social y Derechos Humanos; DECA Equipo Pueblo, A.C.; Espacio DESC; CLADEM-México; Centro Mexicano de Derecho Ambiental; Grupo de Información en Reproducción Elegida; así como la Oficina en México del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos.