Bibliotecas accesibles e inclusivas para personas con discapacidad

Con este número concluimos un año más de trabajo para la realización de la Revista electrónica del Programa Universitario de Derechos Humanos. Este mes de diciembre se caracteriza por importantes conmemoraciones siendo una de ellas el Día Internacional de las Personas con Discapacidad (3 de diciembre) decretado por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1992 mediante la resolución 47/3. Precisamente en el mes diciembre el PUDH participó en el II Foro Virtual “Bibliotecas accesibles e inclusivas para personas con discapacidad. Espacios de encuentro e interacción entre la diversidad cultural de comunidades académicas” convocado por la Dirección General de Bibliotecas y Servicios Digitales de Información de la UNAM, razón por la cual en esta ocasión el editorial se centra en la diversidad cultural de las comunidades académicas y la posibilidad de que las mismas se encuentren e interactúen en los espacios bibliotecarios, lo cual nos invita a reflexionar sobre la accesibilidad e inclusión como premisa de la actividad en las bibliotecas y la  evolución respecto de la concepción que tradicionalmente han tenido y desempeñado, a fin de trascender de la idea de ser un centro de acopio de información, donde lo más relevante son los acervos físicos y su consulta directa en los propios recintos bibliotecarios, a un modelo donde la provisión de información es tan sólo el primer eslabón de una cadena que busca hacer disponibles la mayor cantidad de esos contenidos en formatos que permitan o faciliten su consulta para el mayor número de personas, y dar cabida a un desarrollo más integral de actividades educativas y de investigación, donde no sólo se consulte sino también se genere conocimiento.

En las bibliotecas confluye la vigencia de múltiples derechos fundamentales, sustentados en los derechos de igualdad y no discriminación, de acceso a la información, de acceso a la educación e, inclusive, libertad de expresión, entre otros. En este sentido, hay quienes, como López López y Samek, han planteado la necesidad de que se reconozca como un derecho humano específico la inclusión bibliotecaria lo que implica que el diseño, planeación y desarrollo de las bibliotecas y las actividades que se desarrollen en las mismas, debe hacerse desde una perspectiva de derechos humanos, teniendo como premisa el que los usuarios potenciales de las bibliotecas son todas las personas y que deben concebirse como espacios donde no sólo se respeten los derechos humanos, sino que también contribuyan a que ese respeto se extienda al exterior de ella.

La inclusión tiene muchas facetas y alcances. Si nos referimos a los usuarios de los servicios bibliotecarios, una población objetivo son las personas con discapacidad, pero también hay otros grupos poblacionales que requerirían atención prioritaria. La falta de recursos para acceder a tecnología, la carencia de una educación digital, las personas que estudian pero están privadas de su libertad, quienes migran, los miembros de los pueblos originarios, quienes sufren algunas enfermedades crónicas, las personas mayores, quienes no han recibido una educación adecuada, entre otras, son grupos de personas cuyas necesidades y condiciones específicas deben ser consideradas en el diseño y operación de las bibliotecas, si realmente se aspira a que sean espacios accesibles e inclusivos.

La accesibilidad y la inclusión no sólo debe considerar las condiciones físicas o la salud de las personas, probablemente la mayor exclusión se da por condiciones económicas, sociales, educativas, ideológicas, étnicas, de nacionalidad o de género. Lo anterior implica que los espacios bibliotecarios no sólo deben contar con condiciones que permitan que quienes tienen problemas de movilidad o restricciones físicas puedan acceder a ellos y a sus contenidos. También es necesario que los contenidos que integran las bibliotecas y los espacios de consulta y socialización al interior de la mismas, busquen la pluralidad, la tolerancia, la inclusión y abracen la diversidad, partiendo del respeto a los derechos humanos.

Un aspecto importante dentro de la inclusión sustentada en la vigencia de derechos es considerar el reconocimiento y respeto de la diversidad sexual y de  género, lo cual debe reflejarse no sólo en cuestiones operativas y de infraestructura que permitan la disponibilidad y accesibilidad de servicios adecuados y suficientes, sino también en la existencia de acervos que propicien el conocimiento y respeto de la diversidad, así como buscar que los esquemas operativos de las bibliotecas contribuyan al proceso de erradicación y prevención de prejuicios y estereotipos que fomente la discriminación y exclusión de las personas.

Las bibliotecas son lugares de educación e investigación, pero también son espacios para la construcción de ciudadanía. En la medida en que sus contenidos sean plurales, incluyentes y reflejen los intereses, expresiones y culturas de los distintos grupos que integran nuestra sociedad, con apego a la veracidad y buscando la vigencia de los derechos, las bibliotecas estarán contribuyendo a generar una opinión pública dinámica e informada, que enriquezca el debate público y consolide nuestra democracia. Todas las personas tenemos el derecho a que esté a nuestra disposición y podamos acceder a información veraz y pertinente, que nos permita educarnos y formar así una opinión propia sobre los asuntos públicos, así como ponderar fundadamente el sentido que queremos dar a nuestras vidas, lo cual pasa, necesariamente, por la participación y seguimiento a los procesos y actividades democráticas, único régimen donde los derechos humanos pueden ser verdaderamente vigentes.

Nuestro país requiere que la cohesión social se consolide en una ciudadanía que exija sus derechos, cumpla con sus obligaciones y busque, en la participación coordinada y propositiva, la solución de los problemas que afectan al país con sustento en la veracidad y la atención a intereses y necesidades comunes.  En esta tarea, las bibliotecas pueden ser un primer espacio donde nos reencontremos con el conocimiento y la verdad. De ahí, el valor y relevancia de las bibliotecas para recuperar el intercambio de ideas y aceptar la pluralidad, la inclusión, el respeto y la tolerancia ante la diversidad de ideas, formas de pensamiento y personas.

Los editores