Tres mujeres surrealistas en México

Parte III. María Izquierdo

Anvy Guzmán Romero[1]

Los últimos dos meses hemos analizado biografías de artistas mexicanas de la segunda mitad del siglo XX como ejemplos de historiografía del arte feminista. Es decir, desde un posicionamiento teórico que vincula al arte con la subjetividad, donde las esferas privadas y públicas son abordadas complementariamente, y que hace énfasis en los detalles intimistas y subjetivos para comprender los estilos pictóricos e influencias mutuas con sus parejas, también artistas, en los procesos creativos. Así, iniciamos el recorrido con Alice Rahon, después abordamos la vida de Lilia Carrillo y en esta última entrega nos enfocamos en María Izquierdo, la más conocida de las tres, cuya vida sentimental no estuvo alejada del sufrimiento pero que quizás pudo ser matizado por el reconocimiento de la crítica de su época.

            Casi dos décadas antes de la Revolución Mexicana, en la calle Leonardo Zermeño número 32, en San Juan de los Lagos Jalisco, nació una niña morena de ojos rasgados y hundidos quien veintiocho años después sería la primera pintora mexicana en exponer sus obras fuera del país[2]. Era el 30 de octubre de 1902 y la hija de Rafael Izquierdo Montoya e Isabel Gutiérrez de Izquierdo[3] vio por primera vez los colores de la tierra en que nació. Fue llamada María Cenobia Izquierdo Gutiérrez. Sigue leyendo