Marzo 18, 2016

Ayer la Cámara de Diputados de Chile aprobó la ley que despenaliza el aborto en tres causales: en los casos en que el embarazo suponga un riesgo para la vida de la mujer, en los casos en que existan malformaciones fetales incompatibles con la vida extrauterina y en los casos en que el embarazo sea producto de violación.

El proyecto de ley que fue introducido por la Presidenta Michelle Bachelet en enero de 2015 debe ser aprobado por la Cámara de Senadores antes de convertirse en ley.

Este es un paso histórico en el reconocimiento de derechos humanos. Desde 1989, cuando Pinochet prohibió el aborto en toda circunstancia, las mujeres y niñas chilenas estaban totalmente desprotegidas en sus derechos a la vida, la salud, la integridad física y la igualdad, entre otros.

Amnistía Internacional ha unido su voz a la del movimiento de mujeres y de derechos humanos chileno e internacional en apoyo de este proyecto de ley con su campaña #Desprotegidas. El martes 15 de marzo Ana Piquer, directora de Amnistía Internacional en Chile, entregó 55 mil firmas apoyando la despenalización del aborto en estas tres causales al Presidente de la Cámara de Diputados.

El proyecto aprobado reconoce la capacidad evolutiva de las adolescentes. Aquellas entre 14 y 18 años podrán tomar decisiones relativas al aborto. Asimismo, aclara que la objeción de conciencia es individual, que solo el médico-cirujano que debe practicar el aborto puede expresarla, que quien dirija el establecimiento tiene la obligación de poner a otra persona a cargo del procedimiento y que en casos de urgencia nadie puede negarse a practicar un aborto. Establece un acompañamiento biopsicosocial que no podrá nunca ser disuasivo y es voluntario.

Lamentablemente el proyecto aprobado mantiene la obligación del personal médico de denunciar a las mujeres que acuden al servicio de salud por complicaciones derivadas de un aborto. Esta obligación es violatoria de las normas de derechos humanos. Como dijo el comité de la CEDAW, la confidencialidad médica y la privacidad en el entorno de la atención de salud deben estar garantizadas, porque si las personas temen que no lo están, las puede disuadir de acudir a los servicios, poniendo su salud en riesgo.

Es un deber ético de las y los profesionales de la salud, que es también una garantía de los derechos humanos de todas las personas a la intimidad y a la privacidad, reconocidos en diversos tratados internacionales de derechos humanos.

Asimismo, lastimosamente no ha sido aprobada una norma contenida en el proyecto original que protegía a las niñas menores de 14 años, previendo que si sus representantes legales no consentían el aborto se podía solicitar autorización judicial. Recientemente el Comité de Derechos del Niño ha establecido que la opinión de la niña embarazada debe ser siempre escuchada ante una solicitud de aborto.

Si bien el proyecto es un avance significativo, los estándares internacionales de derechos humanos obligan al Estado a despenalizar totalmente el aborto.

Fuente:
http://amnistia.org.mx/nuevo/2016/03/18/chile-se-aprueba-el-primer-paso-de-la-despenalizacion-de-aborto-un-paso-historico-en-el-reconocimiento-de-derechos/?o=n
(27/03/2016)