Conmemoraciones Internacionales

Por María de Lourdes Zariñán y
Mario Alberto Naranjo

El calendario global establecido por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) contiene una serie de días internacionales que pretenden sensibilizar a la población, a los medios de comunicación y a los gobiernos del mundo en torno a los problemas que enfrenta la humanidad y que reclaman una respuesta eficaz de parte de todos.

El Programa Universitario de Derechos Humanos de la UNAM hace eco de este esfuerzo y lo integra a su función sustantiva de difundir y divulgar los derechos humanos. En esta ocasión, el mes de octubre trae consigo un conjunto de días internacionales que nos permiten reflexionar sobre temas tan diversos como: la situación y los derechos de las personas de edad (1 de octubre), el principio de no-violencia (2 de octubre), el derecho a un hábitat digno y sustentable (5 de octubre), el derecho a la salud mental (10 de octubre), los derechos de niñas y adolescentes (11 de octubre), la lucha para erradicar la pobreza (17 de octubre), y la fundación y relevancia histórica de la Organización de las Naciones Unidas (24 de octubre).

1 de octubre. Día Internacional de las Personas de Edad

La Asamblea General de las Naciones Unidas estableció la conmemoración de este día en 1991 como una forma de reconocer el papel trascendental que desempeñan las personas de edad en nuestras sociedades, en las que contribuyen con sus amplios conocimientos y visión experimentada. Sin embargo, aunque las personas mayores son imprescindibles para todos, no siempre viven esta etapa de la vida con bienestar, sino que a menudo enfrentan situaciones de precariedad, abandono, desatención, maltrato y exclusión que vulneran sus derechos fundamentales.  Esto no debería ser así pues el envejecimiento es un proceso ineludible para todos los seres humanos, situación que debería inspirar una mayor empatía y convencernos de que la vejez es una etapa superior de la vida y quien se encuentra en ella merece gozar de todas sus prerrogativas como persona. 

La toma de conciencia y las acciones a favor de las personas de edad cobran aún más relevancia si consideramos que, en el siglo XXI, las tendencias de la población se orientan hacia un aumento de la esperanza de vida, así como de la edad promedio de la población mundial. De modo que, en las próximas décadas, se estima que el número de personas mayores de 65 años aumente a más del doble, pasando de 700 millones en 2019 a 1,500 millones en 2050.

La pandemia de Covid-19 en curso, ha hecho evidente los riesgos que enfrenta este grupo de la población y debe llevarnos a reflexionar y sensibilizarnos en torno a sus problemas, dificultades, requerimientos y necesidades, de manera que los esfuerzos sociales e institucionales se encaminen a garantizar que las personas gocen de salud, de bienestar y de todos sus derechos sin importar su edad.

2 de octubre. Día Internacional de la No Violencia

La ONU estableció esta conmemoración en 2007 con el fin de celebrar el nacimiento de Mahatma Gandhi, líder político y espiritual que encabezó la lucha por la independencia de la India.

Gandhi fue heredero de una rica tradición reflexiva, hacia el interior de los seres humanos, que se remonta milenios atrás y forma parte de las culturas derivadas de los grupos sramánicos del sur de Asia, entre los que hay una máxima que resulta categórica: ahimsa, el principio de “no-violencia” que ha permeado la ética de religiones como el hinduismo o el budismo. Estas cosmovisiones  tienen como base la causalidad y la interacción de todos los seres, de tal manera que consideran que lo que afecta a uno, afecta a todo el conjunto: los actos individuales tienen consecuencias universales, y viceversa.

Así, si la vida y la integridad humana de los individuos es valorada sin dejar de contemplar su relación con el todo, conviene preguntarse ¿qué bien se logra al dañar a otro ser? ¿Acaso el beneficio es mayor que el perjuicio? Esto, que podría considerarse como principios de índole religioso o moral, ha sido susceptible de reverberar en ámbitos sociales y políticos.

Mahatma Gandhi, con su filosofía puesta en práctica mediante la resistencia civil y pacífica, hizo que la “no-violencia” trascendiera del escenario personal al escenario público. En su lucha por la independencia de la India, él y sus seguidores consagraron la ahimsa como método de participación política legítimo, auténtico y eficaz, con lo que la “no-violencia” quedó fijada como una cuestión de ética social universal que, de ser un principio moral o religioso circunscrito a una cultura regional, terminó por filtrarse en la cultura occidental, hasta lograr ubicarse en la base de la búsqueda y del sustento de los derechos humanos.

En la actualidad, la “no-violencia” se ha convertido en un paradigma y un imperativo a cumplir por todos los estados, naciones, sociedades, fuerzas y agrupaciones, sobre todo aquellos que se encuentren actuando en medio de escenarios políticos contenciosos y potencialmente explosivos. En medio de tantas situaciones de conflicto en el mundo, la relevancia de su mensaje salta a la vista.

5 de octubre. Día Mundial del Hábitat

El hábitat es el entorno que nos rodea y en el que vivimos, es el espacio del mundo que habitamos y en el que se encuentra nuestro hogar como uno de sus elementos centrales. Pero nuestro hogar es mucho más que un techo para guarecernos de la intemperie; también es el lugar donde convivimos con nuestras familias y seres queridos, donde pasamos gran parte de nuestra vida y convertimos en un espacio lleno de valores y significados. Por ello, el acceso a una vivienda digna y equipada con todos los servicios es un derecho humano indispensable para todas las personas.

Una vivienda ideal debe contar con luz, agua potable, drenaje, electricidad, espacios amplios para el descanso, el estudio, el trabajo y el esparcimiento. Asimismo, debe estar ubicada en zonas con acceso a parques y áreas verdes, con oportunidades de trabajo y servicios de educación, salud, transporte, entre otras muchas características. En ese sentido, acceder a una vivienda digna debe ser considerado como un catalizador que permite el acceso simultáneo a muchos otros derechos fundamentales.

Sin embargo, la ONU estima que 1800 millones de personas –más del 20% de la población mundial– no tienen cubierto este derecho, pues viven en barrios marginales y/o asentamientos irregulares, poseen viviendas deficientes o carecen de una. Probablemente esta sea una de las dimensiones en que se expresan con mayor agudeza las desigualdades estructurales, la pobreza y la exclusión.

La pandemia de COVID-19 y las medidas de confinamiento impuestas en todo el mundo hicieron patente la importancia de contar con una vivienda en condiciones adecuadas. Lograr que todos tengan acceso a una vivienda digna, a condiciones de vida decentes y a un hábitat ideal, tanto en las ciudades como en entornos rurales, es una tarea pendiente que figura entre los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030 (punto 11, sobre la construcción de ciudades resilentes, inclusivas, seguras y diversas).

10 de octubre. Día Internacional de la Salud Mental

Gozar de estabilidad intelectual y emocional, vivir con tranquilidad interior y tener garantizados los servicios médicos y psicológicos necesarios para ello, es un derecho humano inalienable y está en las bases fundamentales para el desarrollo íntegro y armonioso de la persona.

No obstante, se calcula que cada 40 segundos una persona se suicida en el mundo. Así, cerca de 800,000 personas fallecen por tal causa cada año, muchos de ellos jóvenes de 15 a 29 años. Además de la pérdida irreparable que implica, este fenómeno constituye una tragedia que deja honda huella, así como una secuela de traumas y efectos negativos en la familia y en los seres queridos, cercanos y conocidos, e incluso puede incidir en la comunidad de la víctima. Por ello, en este año la jornada internacional se concentrará en difundir las medidas necesarias para la prevención del suicidio, entre ellas el diálogo y la comunicación a tiempo con las personas en condiciones emocional y mentalmente vulnerables.

En nuestro contexto actual, la pandemia del Covid-19 también impactó en esta dimensión de la vida e hizo patente que la población padece de altos niveles de estrés, ansiedad y angustia derivadas del confinamiento, pero también de sus actividades domésticas, laborales y escolares, entre otras condiciones que contribuyen a la afectación de la salud mental y que pueden repercutir en el aumento de la violencia al interior de los hogares.

Por lo anterior, la sociedad civil, las instituciones de salud, los gobiernos y los organismos internacionales competentes deben tener en cuenta esta dimensión interior del bienestar de la población, de manera que la atención psicológica se incluya en su concepción de servicios médicos básicos, en aras de establecer sistemas de salud integrales orientados a proveer a los individuos de los insumos necesarios para generar entornos mentalmente sanos.

11 de octubre. Día Internacional de la Niña

Lograr que las mujeres tengan condiciones de vida dignas y gocen de los mismos derechos que los hombres desde las más tempranas edades, es una tarea fundamental para lograr en nuestras sociedades la vigencia efectiva de la equidad de género. Así lo reconoció la ONU en 1995, cuando adoptó la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing, la agenda global para promover los derechos y lograr el empoderamiento de mujeres, niñas y adolescentes, así como al incorporar una perspectiva de género en el diseño de la Agenda 2030 y sus 17 Objetivos de Desarrollo Sustentable, entre otros múltiples esfuerzos institucionales emprendidos hasta ahora por esa agencia internacional con dicho objetivo.

Las niñas y adolescentes tienen derecho a una vida segura, libre del acoso, la agresión y la violencia sexual, familiar o de diversa índole; tienen derecho a ser tratadas con respeto y en condiciones de igualdad, así como a acceder a los servicios de educación, salud, vivienda, entre otros, no solo durante sus años críticos de formación y crecimiento sino a medida que transitan en el proceso de convertirse en mujeres adultas.

Es de presumir que, si se les brindan estas condiciones ideales, ellas pueden desarrollar todo su potencial, romper con estereotipos discriminatorios y convertirse en agentes de cambio que, incursionando en nuevos ámbitos, ayuden a resolver los problemas globales y actúen a favor de un mejor futuro, más equitativo y justo para las nuevas generaciones. Por sí mismas, ellas constituyen una promesa que debe ser preservada y protegida, algo que depende de los esfuerzos de todos.

17 de octubre. Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza

En un planeta que goza de una inmensa cantidad de recursos y cuenta con altas capacidades productivas, en una época de desarrollo económico y de generación de riqueza sin precedentes, es grave y difícil de comprender que la carencia de lo más elemental continúe siendo una condición tan extendida entre la población humana.

En 2013 se estimaba que 783 millones de personas tenían ingresos menores a 1,90 dólares al día, cantidad insuficiente a todas luces para satisfacer sus necesidades básicas. En México, en 2018 el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL) estimó que 61,7 millones de personas tenían un ingreso menor a la línea de pobreza.[1] Pero si bien la pobreza puede ser expresada en estos términos de bajos niveles de ingreso, en los últimos tiempos se ha reconocido que es un fenómeno multidimensional que afecta a los individuos en todos los aspectos de su vida personal, familiar, social, alimentario, de salud, educativo, cultural, etcétera. En 2020, la jornada pondrá atención en las dimensiones de justicia social y ambiental.

Las autoridades, gobiernos y organismos internacionales deben preocuparse por procurar a la población de más bajos ingresos el acceso a condiciones de vida dignas en todos los ámbitos. En el diseño de sus políticas públicas, el enfoque de combate a la pobreza debe centrarse en las personas que la padecen, considerándolas como los agentes sociales centrales de su propio proceso de cambio y superación. En nuestro contexto actual, los gobiernos deben impulsar medidas de salubridad general y políticas públicas reforzadas que atenúen los efectos de la pandemia y eviten la extensión de la pobreza como consecuencia del confinamiento.

24 de octubre. Día Internacional de las Naciones Unidas

Este día fue establecido desde 1948 para conmemorar la entrada en vigor, tan sólo tres años atrás, de la Carta de las Naciones Unidas, documento fundacional de este organismo internacional que en la actualidad constituye un referente máximo y un hito histórico en la búsqueda de garantizar la paz mundial y promover el respeto a los derechos humanos.

A pesar de las críticas o de las mejoras que indudablemente podrían proponerse, la ONU es en la actualidad un pilar fundamental en la gobernanza global y un garante principal del multilateralismo que se requiere para la atención de los desafìos de nuestro tiempo. Que la ONU y sus iniciativas posean la más alta legitimidad, el más grande poder de convocatoria y la mayor influencia normativa entre los gobiernos e instituciones del mundo, puede comprenderse si se considera que su Asamblea General funge como foro insustituible para dirimir controversias, expresar preocupaciones y proponer respuestas entre todas las naciones, o si se toma en cuenta el trabajo a fondo y el compromiso serio de sus programas mundiales o de sus organismos especializados, como el del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH), la Organización Mundial de la Salud (OMS) o el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), por poner algunos ejemplos. La actual pandemia de coronavirus ha puesto en evidencia la necesidad de contar con un organismo como la ONU (y todas sus ramificaciones), capaz de incentivar la solidaridad y encauzar la cooperación internacional para enfrentar las amenazas globales que se ciernen sobre la humanidad, en especial sobre los grupos en condiciones de mayor vulnerabilidad. Sin la ONU, los esfuerzos para evitar la guerra, erradicar las enfermedades, el hambre, la desnutrición, la discriminación, detener el deterioro ambiental y lograr el reconocimiento universal de la dignidad de todos los seres humanos, entre otros, tendrían muy pocas probabilidades de prosperar. Hoy el que la vacuna contra el virus COVID-19, una vez lograda, tenga un alcance universal o de apoyo solidario es un desafío para esta organización internacional.


[1] CONEVAL, “Pobreza en México”, disponible en:
https://www.coneval.org.mx/Medicion/Paginas/PobrezaInicio.aspx (última consulta: 28/10/20).