Reflexiones sobre derechos humanos

Dos Juristas con extraordinaria calidad humana y los derechos humanos en México

Jorge Carpizo y Héctor Fix Zamudio fueron dos grandes juristas y defensores indeclinables de los derechos humanos. Pertenecen a esa pléyade de ilustres hombres de Estado que con su conocimiento, compromiso, vocación y honestidad intelectual y profesional sirvieron a México y a su Universidad Nacional.

A guisa de ejemplo basta mencionar que el surgimiento de la  Institución Nacional de Protección de los Derechos Humanos en el país fue producto del trabajo intelectual de tan queridos maestros. Jorge Carpizo, con la sencillez que lo caracterizaba, destacó la importante labor académica que desarrolló Héctor Fix Zamudio al escribir numerosos estudios, ensayos y artículos, así como dictar innumerables conferencias sobre la figura del Ombudsman -hoy Ombudsperson– de origen escandinavo que fueron sembrando la semilla de su implementación en México. Por su parte, Carpizo tuvo la visión de proponer la creación de una instancia que promoviera y defendiera los derechos humanos de las personas,[1] de la cual, a la postre, sería su primer presidente.

Hoy recordamos a Jorge Carpizo en el aniversario de su lamentable fallecimiento hace nueve años (30 de marzo de 2012), quien señaló -en una carta previa a su deceso- que la mejor forma de recordarlo era difundiendo su pensamiento. En consecuencia, quienes lo conocimos y tratamos tenemos un compromiso ineludible de continuar difundiendo sus ideas y aportaciones, así como contribuir a un México más libre, más justo, en donde los valores, los principios universitarios, el respeto irrestricto al Estado de Derecho, a los ámbitos de competencia de los poderes constituidos y de los órganos constitucionales autónomos y a los derechos humanos, sirvan de plataforma común -a las personas servidoras públicas y sociedad en general- para erradicar la violencia, particularmente la violencia de género, la intolerancia, los discursos que generan encono y polarizan, así como la falta de solidaridad y compromiso social.

Por su parte, recordar a Don Héctor Fix Zamudio, cuyo deceso aconteció recientemente (27 de enero de 2021), es recordar al ser humano bondadoso, con enorme calidad humana y gran sabiduría que se incorporó en 1964 como integrante de la pequeña plantilla de investigadores del entonces Instituto de Derecho Comparado de la Universidad Nacional Autónoma de México, del cual fue designado director de 1966 a 1972 y de este año hasta 1978.

Concluido este encargo durante el cual contribuyó a la consolidación del referido Instituto y a su transformación en el hoy Instituto de Investigaciones Jurídicas, abrazó la investigación en plenitud y sirvió con dedicación y esmero ejemplar a su Instituto, su cátedra y a su Universidad.

El maestro Fix se destacó por su vida ejemplar, su mensaje siempre civilizatorio, su cátedra docta e informada, su actualizada obra intelectual, el consejo paternal o el extrañamiento siempre cálido y cuidadoso, la recomendación teórica, la corrección conceptual, la orientación metodológica, las atendibles sugerencias empíricas, el soporte histórico, el uso de un escrupuloso lenguaje técnico y la concordancia gramatical más acabada.

A nadie escapa su enorme calidad humana; hombre formador de grandes juristas, comprometido con su Universidad y con su país, cuyas aportaciones innumerables a la ciencia jurídica cristalizaron en el fortalecimiento del derecho procesal constitucional y la protección y defensa de los derechos humanos.

Fue miembro de la Subcomisión de Discriminaciones y Protección de las Minorías de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y del Jurado Internacional del Premio UNESCO de enseñanza en derechos humanos. Destacó su papel como presidente de la Corte Interamericana de Derechos Humanos en dos periodos, incluso antes de que México aceptara la competencia contenciosa del tribunal interamericano. Su contribución en la sistematización del derecho procesal constitucional, en la investigación y en el sistema judicial de nuestro país a través del impulso del establecimiento de tribunales constitucionales importantes reformas, es ineludible. 

Merecedor de múltiples premios y reconocimientos, siendo el caso que de los más recientes destaca la entrega, el 10 de diciembre de 2018, del Premio Nacional de Derechos Humanos. En esa ocasión, el entonces presidente de la Institución Nacional de Protección de los Derechos Humanos, Luis Raúl González Pérez, destacó su importante trayectoria académica y profesional al expresar que era un “…investigador, universitario de excepción, humanista y, por derecho propio, uno de los pilares y referentes indiscutibles del desarrollo y consolidación de los derechos humanos y sus mecanismos de garantía en México e Iberoamérica. Fue uno de los principales estudiosos de la figura del Ombudsperson y, en buena medida, del desarrollo en Iberoamérica de una cultura de protección y defensa de los derechos humanos”.

En efecto, lo que conocemos de esta institución en México se lo debemos al gran jurista mexicano Héctor Fix-Zamudio, quien dedicó muchas de sus obras para explicarnos no solo el origen de ésta sino su presencia en el mundo y nuestro continente. Impulsó no solo el estudio de los derechos humanos y la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), sino que sirvió en ella de manera honorífica, al ser miembro del Consejo Consultivo del Organismo Nacional, donde destacó por sus notables y originales aportaciones como la incorporación de las Recomendaciones Generales, que no resolvían quejas individuales sino planteaban modificaciones legislativas y generación de políticas públicas en temas relevantes de la vida nacional. Héctor Fix Fierro su hijo, gran jurista también, completó sus dos últimas obras, las dos muy avanzadas, una precisamente sobre el análisis de las “Recomendaciones generales” emitidas por CNDH, la otra sobre “Derecho procesal constitucional”.

Honrar la memoria de Jorge Carpizo y Héctor Fix Zamudio -dos grandes juristas y maestros de múltiples generaciones- enaltece a su familia biológica, a su familia académica, a sus amigos, discípulos y a la comunidad universitaria. Sus amigos y alumnos tenemos el deber de preservar y difundir su pensamiento.

Gracias queridos maestros por sus enseñanzas y por habernos permitido conocerlos y tratarlos.

Los editores


[1] Eslava Pérez, Ismael, “Jorge Carpizo, maestro con extraordinaria calidad humana y defensor inquebrantable de los derechos Humanos”, en Estado constitucional, derechos humanos, justicia y vida universitaria, Estudios en homenaje a Jorge Carpizo, Testimoniales, Tomo I, Miguel Carbonell, Héctor Fix Fierro, Luis Raúl González Pérez y Diego Valadés (coordinadores), Instituto de Investigaciones Jurídicas, UNAM 2015, p. 101.