(La bruja, según la Enciclopedia Británica, es la obra más importante sobre supersticiones medievales que se haya escrito. Su autor, el famoso historiador francés Jules Michelet, se basó para componerla en textos de autores antiguos respetados, en los manuales de los propios inquisidores y, sobre todo, en las actas judiciales y los procesos publicados. Reproducimos aquí la ‘Introducción’<p. 29-41> y el capítulo II del libro segundo ‘El martillo de las brujas <p. 171-18>). Nota del editor.)
INTRODUCCIÓN
Sprenger ha dicho (antes de 1500): «Hay que hablar de la herejía de las brujas y no de los brujos, porque estos cuentan poco». Y otro escritor de la época de Luis XIII añadiría: «Por un brujo hay diez mil brujas».
«La Naturaleza las ha hecho hechiceras». Es su propio genio, su temperamento femenino. La mujer nace ya hada. En los periodos de exaltación, que se suceden regularmente se convierte en Sibila. Por amor, en maga. Por su agudeza, su astucia (a menudo fantástica y bienhechora) es una Bruja hechicera que atrae la buena suerte, o por lo menos, alivia las desgracias.