En el reinado de Augusto, pacífico en Italia y en las provincias asentadas, hubo un florecimiento de la cultura. La «época de Augusto» de la literatura latina, junto con el período anterior en el que se destacó el orador Cicerón, fue la Edad de Oro cultural de Roma.
El mismo Augusto se interesaba mucho por la literatura y estimulaba y apoyaba a los escritores. Aún más notable en este aspecto era un íntimo amigo y ministro de Augusto, Cayo Cilnio Mecenas. Este había estado siempre junto a Augusto, desde su edad escolar. Durante los últimos años de las guerras civiles había permanecido en Roma, al cuidado de los asuntos internos, mientras Augusto libraba las batallas finales. Con el advenimiento de la paz, fue Mecenas quien urgió a Augusto a no restablecer la república, arguyendo que todos los viejos desórdenes surgirían nuevamente. Sigue leyendo