Sherlock Holmes suplantado
por Sir Conan Doyle53

Amando Lázaro Ros

La aventura más emocionante de Sherlock Holmes debió de ser la de verse suplantado por su propio autor. ¡Qué lástima que no se le hubiera ocurrido al bueno del doctor Watson escribirla! Lo ha hecho otro autor de novelas detectivescas que tiene gran maestría, pero que en esta ocasión no ha querido salirse de su papel de biógrafo y recopilador de documentos. Me refiero al señor Dickson Carr.

La suplantación ocurrió con toda naturalidad. ¿Qué de particular tiene que alguno de los millones de lectores de sus novelas acudiese con sus cuitas a sir Arthur Conan Doyle con la secreta esperanza de que las llevase a la consulta de Sherlock Holmes? Pero el romántico irlandés no hizo tal cosa. Cuando el S.O.S. era de los que claman contra la torpeza o la malignidad de la justicia humana, se ponía él mismo en campaña, suplantando al rey de los detectives. Tal ocurrió en El misterio del destripador de caballos y en El asesino de Marion Gilchrist.

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Alta traición

No amo a mi patria.
Su fulgor abstracto
es inasible.
Pero (aunque suene mal)
daría la vida
por diez lugares suyos,
cierta gente,
puertos, bosques de pinos,
fortalezas,
una ciudad deshecha,
gris, monstruosa,
varias figuras de su historia,
montañas
-y tres o cuatro ríos.

José Emilio Pacheco

Malleus maleficarum. El martillo de las brujas: para golpear a las brujas y sus herejías con poderosa maza.45

(El “Malleus maleficarum…” es probablemente el tratado más importante que se haya publicado en el contexto de la persecución de brujas y la histeria brujeril del Renacimiento. Es un exhaustivo libro sobre la caza de brujas que, luego de ser publicado en Alemania en 1486, tuvo docenas de nuevas ediciones. Se difundió por Europa y tuvo un profundo impacto en los juicios contra las brujas por cerca de 200 años. Esta obra es notoria por su uso en el período de la histeria por la caza de brujas que alcanzó su máxima expresión desde mediados del siglo XVI hasta mediados del XVII. Fue escrita por dos monjes inquisidores dominicos, Heinrich Institoris, nacido en Alsacia —perteneciente entonces al Sacro Imperio Romano Germánico, y anexada a Francia en 1648—, y Jacob Sprenger, nacido en Basilea —perteneciente también entonces al Sacro Imperio Romano Germánico y anexada en 1501 a la Confederación Helvética de la que surgió la actual Suiza—).[46]

Capítulo VII
Acerca del modo como suelen hurtar
a los hombres el miembro viril


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