En el mes de noviembre de 2022 se llevó a cabo, en el Centro de Investigaciones sobre América Latina y el Caribe de la Universidad Nacional Autónoma de México, la presentación del libro Derechos humanos y grupos vulnerables en Centroamérica y El Caribe, cuyos textos que integran la obra además de tener como común denominador ser trabajos sólidamente fundamentados y documentados, comparten también la característica de sustraer la reflexión del ámbito de los derechos humanos desde el punto de vista meramente académico y doctrinal para vincularlo con la realidad que impera en los países de la región de las Américas y la forma como la misma incide en la vida de las personas, permitiendo conocer las situaciones específicas que enfrentan las personas que ven en riesgo sus derechos humanos o sufren la vulneración de los mismos en los distintos países. Las problemáticas de los grupos en situación vulnerable son comunes, en varios aspectos, para la región, al mismo tiempo que presentan distintos alcances, modalidades y formas de expresión dependiendo de cada país.
Si bien es posible identificar algunos grupos de personas que históricamente han sido sujetas a condiciones que impiden el pleno goce y ejercicio de sus derechos, así como la posibilidad de orientar y desarrollar su vida de manera plena, un aspecto que a menudo se deja de lado es reconocer que estas condiciones que generan vulnerabilidad, en la mayoría de los casos, no son fijas e inmutables, sino que, por el contrario, son producto de factores económicos, sociales, políticos y culturales que si los Estados y las sociedades fueran más conscientes de su existencia, consecuencias e implicaciones, y actuaran en consecuencia, en no pocos casos podrían modificarse para generar entornos más propicios para la vigencia de los derechos y la mejor calidad de vida para todas las personas. De igual modo está implícita en la mayoría de las situaciones de vulnerabilidad cuestiones como la discriminación, la exclusión y la violencia que son situaciones que se pueden prevenir o remediar.
El contenido de la obra si bien se refiere a situaciones específicas en los distintos países de la región, también lo es que la discriminación, la exclusión y la negación en los hechos de los derechos, son problemáticas comunes en Latinoamérica y el Caribe, aunque en cada sociedad y país tenga formas específicas de expresión y existencia. Se enfatiza el hecho de que las vulnerabilidades que sufren las personas no son únicas ni excluyentes entre sí, siendo frecuente la existencia de condiciones de vulnerabilidad múltiples o agravadas, por lo que las respuestas que Estados y sociedades den a las mismas deben sustentarse en un enfoque integral y diferenciado, que atienda a las circunstancias de vida y condiciones de cada persona.
Son muchos los grupos de personas que de algún modo se encuentran en condición de vulnerabilidad, por lo que se abordan temas vinculados a mujeres, migrantes, niñas, niños y adolescentes, personas mayores, personas víctimas de desplazamiento forzado, personas con discapacidad, personas defensoras de derechos humanos y pueblos originarios, lo que permite tratar varias de las situaciones que requieren atención prioritaria en estas regiones bajo un esquema que busca la integralidad e interseccionalidad. Por ejemplo, es claro que la movilidad humana es y ha sido desde hace mucho tiempo, uno de los principales retos en Latinoamérica y el Caribe, por lo que no debe sorprendernos que la misma aparezca de manera recurrente a lo largo de los distintos textos que componen el libro. Al abandonar su entorno, lugar y medios de vida, las personas se ubican en una condición de vulnerabilidad en tanto carecen o se precarizan sus condiciones básicas de existencia, quedando expuestos a sufrir abusos o ser víctimas de delitos, sin contar en la mayoría de los casos, con las condiciones adecuadas para enfrentar o denunciar los mismos, lo cual deja de lado las debidas garantías de sus derechos a la vida, la integridad física y emocional, así como la propiedad, la libertad, la salud, por citar algunos, lo que agrava la condición de vulnerabilidad de las personas.
Otro aspecto positivo que se destaca en la obra, lo constituye el hecho de que las problemáticas que enfrenta cada grupo en condición de vulnerabilidad, se abordan con una perspectiva actual, objetiva y directa. Ejemplo de ello, lo es el hecho de que al referirse a los derechos de la mujer y la perspectiva de género, se dejan de lado reflexiones teóricas y se entra de lleno a cuestiones tan relevantes como la violencia obstétrica y la gestión institucionalizada, a la no superada discusión sobre la autonomía de las mujeres y el aborto, a las inexplicablemente restricciones a la propiedad de las mujeres -aún existentes en algunos países-, o a los estereotipos de género hacia las madres adoptivas trabajadoras. Todos temas muy vigentes, que requieren ser visibilizados y conocidos para poder ser atendidos de mejor forma.
No es exagerado aludir a la necesidad de que estos temas se conozcan y visibilicen, pues pese a que implican violaciones a derechos humanos y niegan la dignidad de las personas, muchas personas son indiferentes o no perciben en toda su gravedad cuestiones tales como la violencia obstétrica, que durante muchos años estuvo, en los hechos, normalizada, sin que nos diéramos cuenta, o inclusive cuestionáramos, si la atención y ayuda médica en los procesos de embarazo, parto y postparto, tenía que llegar a una subordinación de las pacientes frente al personal de salud, que con inusual frecuencia llevaba implícito tratos deshumanizados, abusos de medicalización y patologización de los procesos naturales.
Desde insultos, amenazas, humillaciones, dilación o aplazamientos en la atención, pasando por proporcionar información incompleta o parcial, así como la toma de decisiones sobre el cuerpo de las mujeres sin consultarlas, o la obtención de consentimientos forzados para realizar algunos procedimientos quirúrgicos, son tan sólo algunas de las expresiones de este tipo de violencia que se destacan en el libro. Su texto nos ubica en Costa Rica, pero la realidad que refieren existe también en otros países de Latinoamérica y el Caribe, incluido México, situación que se ha reconocido como algo de tal relevancia, que organismos internacionales y nacionales de protección y defensa de los derechos humanos han tenido que pronunciarse al respecto.
En México, esta situación fue abordada, en su oportunidad, por la Comisión Nacional de los Derechos Humanos al emitir la Recomendación General 31/2017, la cual tuvo por objeto describir y visibilizar la violencia obstétrica y eliminar toda práctica que vulnere los derechos humanos de las mujeres durante el embarazo, parto y puerperio en las instituciones de salud, sin que ello implicara criminalizar ni estigmatizar la labor médica, planteándose la necesidad de diseñar una política pública de prevención de violaciones de derechos humanos centrada en el reconocimiento de las mujeres en gestación, como protagonistas de la relación materno-fetal, que atienda las perspectivas de derechos humanos y de género.
Podría parecer que estos reclamos por la vigencia de los derechos de las mujeres serían innecesarios en esta etapa del siglo XXI, donde los derechos humanos se han reconocido prácticamente en todo el mundo para todas las personas. Sin embargo, como se desprende de la lectura de la referida obra, el reconocimiento formal de los derechos no ha implicado que los mismos sean verdaderamente vigentes.
Lo mismo podríamos decir de los demás apartados del libro, en la que página a página, se denuncian y explican situaciones tales como la trata de personas en su aspecto laboral, la hostilidad que enfrentan quienes migran en algunos países, la migración infantil irregular, los problemas que presenta la reinserción social de los jóvenes que delinquen, la discriminación etaria, la previsión ante la propia incapacidad, el desplazamiento por razones climáticas, los enfoques públicos y privados de la discapacidad o los desafíos de la democracia frente al autoritarismo, tan sólo por mencionar algunos ejemplos de temas actuales y concretos, a los que se deberían prestar mayor atención.
Estamos ante una obra que ilustra pero que también nos cuestiona e invita a reflexionar, no sólo respecto de las problemáticas existentes, sino también respecto a la posición que cada uno asume frente a ellas y lo que hacemos o dejamos de hacer para que se solucionen. Cuando vemos que detrás de buena parte de las dificultades que enfrentan muchas personas para que sus derechos sean vigentes y se respeten, se encuentran los binomios de pobreza y exclusión, violencia e inseguridad, así como corrupción e impunidad, se hace necesario que volvamos a pensar el tipo de sociedad que queremos ser y que empecemos a actuar para ello.
Finalmente debemos señalar que la situación de vulnerabilidad de muchos grupos no podrá remediarse sin una sociedad solidaria y empática con el dolor, las carencias y el sufrimiento de todas las personas, que no permanezca indiferente a conductas que vulneran o niegan la dignidad de las personas y en la que cada quien, desde su campo de actividad, asuma un compromiso por la legalidad, la defensa y fortalecimiento de la institucionalidad y vigencia de los derechos fundamentales de todas las personas.
Los editores