México está dentro del 25% de los países con mayores niveles de desigualdad en el mundo. Las brechas entre ricos y pobres son tan marcadas, que en nuestro país vive el hombre más rico de América Latina junto con más de 50 millones de personas pobres.
El modelo económico mexicano beneficia sólo a las élites económicas. Con base en las últimas cifras de Forbes, la riqueza de los mexicanos más ricos en 2017 fue de 116 mil millones de dólares, esto significa que las 10 personas más ricas de México acumulan la misma riqueza que el 50% más pobre del país.
Así, los grupos de interés económico ejercen influencia desmedida sobre diferentes políticas públicas para mantener privilegios. Esto constituye una captura política del Estado.
Oxfam México realizó una encuesta para determinar cómo percibe la gente la desigualdad y las políticas redistributivas. Hubo tres grandes resultados:
1) La gente considera que la desigualdad económica es un problema.
2) Se subestima la desigualdad.
3) Se piensa que el gobierno es quien debe cambiar esta situación.
¿Cómo reducir la desigualdad económica en México?
Con base en el trabajo de investigación, análisis e implementación de programas en terreno con las personas que enfrentan las consecuencias de la desigualdad económica, hemos elaborado el siguiente decálogo contra la desigualdad:
- Consolidar un sistema de seguridad social universal efectivo.
- Incrementar los recursos de las cinco entidades federativas más pobres del país para mejorar la infraestructura escolar, construir nuevos hospitales y aumentar las becas para estudiantes de bajos ingresos, en especial en el nivel medio superior.
- A nivel nacional, enfocar los recursos a incentivar la matriculación escolar en el nivel medio superior, el cual cuenta con la mayor deserción entre estratos de bajos ingresos.
- Una nueva política industrial para que la clase trabajadora mexicana pueda insertarse en el mercado internacional con empleos dignos y de calidad.
- Elevar el salario mínimo hasta la línea de bienestar seguido de aumentos graduales de acuerdo a la inflación del país.
- Creación de mecanismos innovadores para la exigencia de transparencia y rendición de cuentas, empezando por la correcta implementación del Sistema Nacional Anticorrupción que permitan el buen uso de los recursos públicos.
- Restablecimiento de un impuesto a la herencia.
- Mejor recaudación del impuesto predial sobre la propiedad.
- Mayores impuestos a rendimientos de instrumentos de renta fija y variable en mercados de capital.
- Evaluar y diseñar un piloto para implementación del Ingreso Básico Universal.
Hemos identificado cinco elementos centrales en los que resulta indispensable incidir para combatir la desigualdad: la corrupción y transparencia, la política social, el gasto en bienes públicos, la política laboral y el sistema tributario de México.
Corrupción y transparencia
La corrupción es tema principal de la agenda pública, porque los escándalos se han hecho más fuertes y frecuentes. Esto propició la creación del Sistema Nacional Anticorrupción. En México, el 67% de la población opina que las leyes se respetan poco o nada en el país, la confianza en los partidos políticos y diputados está por debajo del 20%, y la confianza en la policía está por debajo del 34%. Asimismo, el costo de la corrupción, según Forbes Staff, oscila entre el 2% y el 10% del PIB.
Oxfam propone el fortalecimiento de la ciudadanía y la creación de mecanismos innovadores para la exigencia de transparencia.
Política social
A causa del modelo asistencial mexicano, el combate a la pobreza y a la desigualdad ha fracasado. La política social se ha convertido en un “alivio de la pobreza” y no propicia igualdad de oportunidades. Según el Coneval, hay 6,491 programas de desarrollo social en todo el país, pero además de haber duplicidad entre muchos de ellos, no todos tienen como objetivo erradicar la pobreza. Asimismo, en 2016 el 55.8% de la población no tenía acceso a la seguridad social.
Chiapas, Oaxaca y Guerrero son los estados más desprotegidos. Oxfam propone un enfoque basado en derechos sociales universales en el que se consolide un sistema de salud universal efectivo y que los programas sociales tengan un enfoque de derechos. Asimismo, evaluar la viabilidad de un piloto para la implementación del Ingreso Básico Universal.
Mejor gasto en bienes públicos: educación, salud e infraestructura
Aumentar la cobertura y calidad de educación y salud es una de las vías para combatir la desigualdad. Ambos son medios de producción económica y de movilidad social ascendente.
Aunque ha mejorado la cobertura de estos servicios en el país (el rezago educativo pasó del 20.7% de la población al 17.9%, y la carencia por acceso a los servicios de salud de 29.2% de la población a 16.9%), las desigualdades regionales son aún sensibles. En las zonas rurales los niveles de infraestructura son casi nulos. Las más notables son las carencias de escuelas y hospitales.
La propuesta de mejora de Oxfam radica en un diseño de política de desarrollo regional para el sureste del país, así como la elevación de la matrícula escolar en el nivel medio superior.
Política laboral
Alrededor de 7.5 millones de personas reciben un salario mínimo. De 2012 a 2016, el número de personas con ese salario creció en casi un millón, mientras que el número de trabajadores con sueldos más altos se redujo de casi 4 millones a menos de 3 millones en el mismo periodo. Así, el empleo en México se caracteriza por generar trabajo formal, pero con pagas en extremo precarias.
Para mejorar las condiciones de trabajo, Oxfam propone elevar el salario mínimo, fortalecer esquemas de asociación sindical y fortalecer el capital humano.
Sistema tributario en México
La política fiscal en México no tiene un impacto significativo en la redistribución del ingreso, los impuestos representan únicamente 19.5% del PIB. Esto hace que esté por debajo del promedio latinoamericano (21.7%) y muy lejos del de la OCDE (34.3%). La dependencia del petróleo es una estrategia frágil, pues los precios son volátiles.
De acuerdo con Oxfam y CEPAL, la tasa de impuesto efectiva que se cobra al 10% más rico en México, aún es muy baja en comparación con otros países de ingresos altos. Además, los grupos más privilegiados de México se benefician de mecanismos para deducir impuestos.
Las propuestas de Oxfam para las mejoras en el sistema tributario son: restablecer impuestos a la herencia, reformar el impuesto predial y cobrar mayores impuestos a instrumentos de renta fija y variable en el mercado de capital.
Para ver el informe completo:
https://www.oxfammexico.org/sites/default/files/Informe%20Me%CC%81xico-DAVOS-reducido.pdf
Fuente:
https://www.oxfammexico.org/historias/m%C3%A9xico-justo-pol%C3%ADticas-p%C3%BAblicas-contra-la-desigualdad-0
(26/01/2018)