El jefe de detectives va a entrevistar a tres aspirantes a investigadores que están tomando el curso de capacitación. Para probar su capacidad de observación y análisis, va a mostrar a cada uno por cinco segundos la fotografía de un delincuente que ha escapado.

            Le pregunta al primero. —¿Qué deduce usted de esta fotografía respecto del delincuente?

            —Que será muy fácil reconocerlo y atraparlo porque el sujeto es tuerto.

            —¿Y cómo sabe usted que es tuerto?

            —Porque solamente tiene un ojo.

            —¡Si será usted bruto!— replica el jefe —solamente se le ve un ojo porque está fotografiado de perfil. ¡Váyase de aquí! 

            Entra el segundo aspirante, a quien el jefe hace la misma pregunta.

El joven responde:

            —Estimo que el sujeto puede ser reconocido fácilmente y capturado porque solamente tiene una oreja.

            —¡Dios mío!— exclama el jefe —¡sólo se le ve una oreja porque es una foto de perfil! ¡Lárguese!

            Aparece el tercer aspirante, a quien el jefe le plantea el mismo problema.

            El aspirante responde firmemente: —Ese sujeto usa lentes de contacto…

            El jefe se desconcierta porque en realidad no sabe si el sujeto de la fotografía usa lentes de contacto, y responde: —Su respuesta es interesante… permítame un momento… Sale, va al archivo a consultar el expediente y comprueba que efectivamente el sujeto de la fotografía usa lentes de contacto. Regresa con el aspirante y le dice: —Lo felicito por su sagacidad. ¿Cómo dedujo usted que ese sujeto usa lentes de contacto?

            —Fue muy fácil. No puede usar lentes comunes porque le faltan un ojo y una oreja… Ω

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