Malleus maleficarum

Extracto de la primera parte, cuestión VI, de Malleus maleficarum. El martillo de las brujas: para golpear a las brujas y sus herejías con poderosa maza.[1]

(“El Martillo de las Brujas…” es probablemente el tratado más importante que se haya publicado en el contexto de la persecución de brujas y la histeria brujeril del Renacimiento. Es un exhaustivo libro sobre la caza de brujas que, luego de ser publicado en Alemania en 1486, tuvo docenas de nuevas ediciones. Se difundió por Europa y tuvo un profundo impacto en los juicios contra las brujas por cerca de 200 años. Esta obra es notoria por su uso en el período de la histeria por la caza de brujas que alcanzó su máxima expresión desde mediados del siglo XVI hasta mediados del XVII. Fue escrita por dos monjes inquisidores dominicos, Heinrich Institoris, nacido en Alsacia (perteneciente entonces al Sacro Imperio Romano Germánico, y anexada a Francia en 1648), y Jacob Sprenger, nacido en Basilea (perteneciente también entonces al Sacro Imperio Romano Germánico y anexada en 1501 a la Confederación Helvética de la que surgió la actual Suiza).[2] Sigue leyendo

El que no pudo amar

Giovanni Papini

Desde que Don Juan se ha casado es casi imposible encontrarlo fuera de su casa, sobre todo por la noche. Los cabellos ralos y grises, los hombros un poco curvados y también ¾¿por qué no decirlo?¾ un catarro obstinado, ya crónico, le tienen apartado del mundo y de sus pompas. Sin embargo, una noche, a mediados de marzo, vi a Don Juan Tenorio hablando en un lugar público con Juan Buttadeo, llamado el Judío Errante.

En medio de la ridícula majestad de una gran cervecería del tipo germánico, bajo la claridad esfumada de una redonda lámpara eléctrica, los dos hombres hablaban, Sigue leyendo

¡Cuídate, España…!

¡Cuídate, España, de tu propia España!
¡Cuídate de la hoz sin el martillo,
cuídate del martillo sin la hoz!
¡Cuídate de la víctima a pesar suyo,
del verdugo a pesar suyo
y del indiferente a pesar suyo!
¡Cuídate del que, antes de que cante el gallo,
negárate tres veces,
y del que te negó, después, tres veces!
¡Cuídate de las calaveras sin las tibias,
y de las tibias sin las calaveras!
¡Cuídate de los nuevos poderosos!
¡Cuídate del que come tus cadáveres,
del que devora muertos a tus vivos!
¡Cuídate del leal ciento por ciento!
¡Cuídate del cielo más acá del aire
y cuídate del aire más allá del cielo!
¡Cuídate de los que te aman!
¡Cuídate de tus héroes!
¡Cuídate de tus muertos!
¡Cuídate de la República!
¡Cuídate del futuro!…

César Vallejo