Hacia el derecho a la “interrupción voluntaria de la vejez”

La eutanasia como derecho es el sentido de una sentencia pronunciada el 14 de mayo contra Suiza.

En la sentencia Alda Gross contra Suiza  (n° 67810/10) de 14 de mayo de 2013, la sección segunda del Tribunal Europeo de Derechos Humanos ha completado la edificación del derecho individual al suicidio asistido (es decir, a la eutanasia consentida) en nombre del derecho al respeto a la vida privada garantizado en el artículo 8 de la Convención Europea de Derechos Humanos.

En una sentencia adoptada sólo por cuatro votos contra tres, la sección justifica su juicio por la consideración general según la cual “en una era de sofisticación médica creciente combinada con una prolongación de la esperanza de vida, muchas personas temen ser forzadas a detenerse en la vejez o en estados de decrepitud psíquica o mental que contradicen convicciones muy arraigadas en la identidad personal”.

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