La injusticia1

¿Qué tienes? ¿Por qué tiemblas, tú, que nunca
has sabido temblar? ¿Por qué te agitas,
tú, el de serenidad incomparable,
el de alma diamantina?
¿Por ventura se vuelca el océano
sobre los continentes? ¿Se desquicia
por ventura el planeta? ¿Por ventura
se extingue ya en la bóveda infinita
la majestad de las constelaciones?

—Más grave es la razón, amiga mía,
de mi miedo: hace apenas una hora
iba yo a cometer una injusticia…
¡y no hay conflagración ni cataclismo
que deba dar más pánico en la vida!

Amado Nervo

[1] Tomado de NERVO, Amado. Poesías completas. Editora Latino Americana. México. 1957. p. 656.

Ante la ley1

Franz Kafka

Ante la ley hay un guardián. Un campesino se presenta frente a este guardián, y solicita que le permita entrar en la Ley. Pero el guardián contesta que por ahora no puede dejarlo entrar. El hombre reflexiona y pregunta si más tarde lo dejarán entrar.

            —Tal vez— dice el centinela —pero no por ahora.

            La puerta que da a la Ley está abierta, como de costumbre; cuando el guardián se hace a un lado, el hombre se inclina para espiar. El guardián lo ve, se sonríe y le dice:

            —Si tu deseo es tan grande haz la prueba de entrar a pesar de mi prohibición. Pero recuerda que soy poderoso. Y sólo soy el último de los guardianes. Entre salón y salón también hay guardianes, cada uno más poderoso que el otro. Ya el tercer guardián es tan terrible que no puedo mirarlo siquiera. Sigue leyendo