El futuro del trabajo
y la crisis que se avecina1

José Armando Arias[2]

Desde siempre, toda innovación tecnológica ha supuesto reacomodos en las fuentes de empleo y ha originado temores entre los trabajadores, sin embargo, el verdadero impacto de las innovaciones tecnológicas en los puestos de trabajo se pudo hacer más palpable cuando Isaac M. Singer patentó en 1845, y lanzó al mercado, enmarcado en el inicio de la 2º etapa de la Revolución industrial, la primera máquina de coser que hacía 900 puntadas por minuto. Para 1870 La Singer Company vendía ya 170.000 máquinas, una innovación que impulsaría la industria del vestido y revolucionaría la producción.

            Los cambios siempre han contado con un tiempo razonable de ajuste y ha permitido un reacomodo de las fuerzas de trabajo, sin embargo la 4º revolución Industrial, que economistas y sociólogos ya anuncian y que consiste en la convergencia de tecnologías robóticas, digitales, nano ciencias, físicas, químicas, biológicas, y espaciales anticipan un cambio a una velocidad sin precedentes en la historia. Esto, aunado a que la planificación del trabajo a nivel mundial es inexistente, muy probablemente causen una era de desolación para los países que están rezagados en su educación y/o cuenten con sobrepoblación y por desgracia México y toda Latinoamérica tienen estas desventajas. Nos encontramos aún con un rezago enorme en temas de educación y más aún de planeación de nuevas carreras técnicas que puedan aminorar el impacto que se avecina. La Secretaría de Educación Pública y la Secretaría del Trabajo van muy por detrás de un diseño efectivo de sus políticas que puedan detener o al menos aminorar el impacto que causará esta nueva revolución. Sigue leyendo