Miles de árabes han sido confinados a “zonas de seguridad” en distintas regiones del norte de Irak por las fuerzas del Kurdistán iraquí que desde agosto de 2014 han recuperado regiones dominadas anteriormente por el grupo extremista Estado Islámico, también conocido como ISIS. Durante meses, distintas fuerzas kurdas impidieron que miembros de la población árabe que habían sido desplazados por los combates regresaran a sus hogares en zonas de las provincias de Ninewa y Erbil, sin embargo, permitieron que kurdos regresaran a esas regiones e incluso se instalaran en viviendas de pobladores árabes que debieron escapar. En enero de 2015 se frenaron algunas restricciones, luego de que Human Rights Watch se comunicara con el gobierno regional kurdo con respecto a este tema, pero todavía subsisten otras.
Residentes locales de la comunidad kurda dijeron a Human Rights Watch que ciudadanos kurdos iraquíes o soldados del Gobierno Regional del Kurdistán (GRK) han destruido decenas de viviendas de residentes árabes en las zonas en cuestión y que el GRK presuntamente pretende incorporar al territorio autónomo kurdo. Diversos residentes árabes de una de las zonas circundadas indicaron que fuerzas del GRK detuvieron a 70 hombres árabes durante extensos períodos y sin acusarlos por ningún delito concreto.