Solidaridad en la UNAM

En un artículo publicado en La Jornada (13 de febrero), John Ackerman censura que el doctor Enrique Graue y el doctor Pedro Salazar, respectivamente rector y director del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, hayan comprometido a la máxima casa de estudios como convocantes a la marcha de Vibra México, “sin haber realizado la más mínima consulta a la comunidad universitaria”.

       Ackerman asevera que es claro que el objetivo político de la convocatoria fue “respaldar al mal gobierno de Peña Nieto y deslindar a Luis Videgaray de cualquier responsabilidad por su complicidad directa con Trump”. Señala que al caer en “este evidente juego de la derecha, Graue ha puesto en riesgo tanto la autonomía como la unidad interna” de la UNAM, y le reprocha que no haya salido a la calle para apoyar otras movilizaciones, entre las cuales menciona las de los maestros de la CNTE. Con su “acción sesgada”, sentencia, se ha “dejado descobijada a una gran porción, probablemente mayoritaria, de la comunidad universitaria que no comulga con ideologías neoliberales de derecha”.

       Nada tan fácil, y tan falaz, como atacar a quien no piensa como uno atribuyéndole, sin pruebas ni argumentos, intenciones ocultas e inconfesables. Es lo que hace Ackerman. ¿De dónde saca que la marcha de Vibra México tuvo como propósito respaldar al gobierno y deslindar a Luis Videgaray de responsabilidad? No hubo en la manifestación una sola manta que manifestara ese respaldo o ese deslinde. ¿Se puso en riesgo la autonomía universitaria? Es decir, ¿la marcha generó peligro de que la UNAM quede sometida a designios ajenos? Ackerman no ofrece argumento ni indicio alguno al respecto.

       ¿Evidente juego de la derecha? Basta leer la lista de convocantes para percatarse de que éstos son de muy diversas posiciones políticas. ¿Se dejó “descobijada” a una gran porción de la comunidad universitaria que no “comulga” con “ideologías neoliberales de derecha”? Esa porción está en completa libertad, como cualquier otra y el propio Ackerman, de organizar y participar en todo foro en el que se expresen las ideas que se quiera. Además, es indefendible el anatema de que la marcha fue inspirada por tales malignas ideologías. Finalmente, ¿de verdad Ackerman cree que el rector y el director del Jurídicas debieran participar en las marchas de la CNTE en las que se exige, entre otras cosas, que los profesores no sean evaluados y se cometen actos de violencia?

       El doctor Graue no se ha limitado a participar en una marcha. Anunció las medidas que está tomando y tomará la UNAM para apoyar a los estudiantes que pudieran ser deportados. Envió ya una carta a las 39 universidades estadunidenses con las que se tienen convenios pidiéndoles que, en caso de que los estudiantes mexicanos se vean en dificultades para continuar sus estudios, hagan contacto con la UNAM a fin de que sean recibidos y continúen estudiando. Se propondrán al Consejo Universitario mecanismos para evitar trámites excesivos o difíciles de cumplir para la incorporación de los estudiantes a los correspondientes niveles educativos.

       Se invitará a todas las universidades autónomas de la República Mexicana a que se sumen a las medidas con el propósito de que entre todas se genere la oferta educativa para la reintegración de esos estudiantes. El Programa de Apoyo de los Mexicanos en el Extranjero convocó para el 24 de este mes a todas las sedes de la UNAM en Estados Unidos —Los Ángeles, Tucson, San Antonio, Chicago y Seattle— a una reunión en Seattle para acordar y articular las medidas necesarias. Se ha instaurado la distinción “Alfonso García Robles” —nombre de nuestro Premio Nobel de la Paz—, que se otorgará a los alcaldes, gobernadores, agrupaciones e instituciones de educación superior que se opongan a la xenofobia e intolerancia del actual gobierno estadunidense y actúen a favor de los derechos humanos de nuestros connacionales.

       “La Universidad no puede quedar al margen del actual conflicto”, dijo el doctor Graue. Y con las medidas que está tomando y las que ha anunciado, no está quedando al margen: está cumpliendo tareas de solidaridad con nuestros connacionales de las que como universitario me siento orgulloso.