Tercera historia

 Giovanni Guareschi

¿Muchachas? No; nada de muchachas. Si se trata de hacer un poco de jarana en la hostería, de cantar un rato, siempre dispuesto. Pero nada más. Ya tengo mi novia que me espera todas las tardes junto al tercer poste del telégrafo en el camino de la Fábrica.

       Tenía yo catorce años y regresaba a casa en bicicleta por ese camino. Un ciruelo asomaba una rama por encima de un pequeño muro y cierta vez me detuve. Sigue leyendo

La antigua plegaria1

Haz el prodigio…, ¡Virgen María!…
de que me miren sus ojos claros,
de que me amparen sus rubias trenzas,
de que me nombren sus rojos labios…

Tú que vigilas cuando ella duerme,
entra en sus sueños más encantados…
para decirle que soy el héroe
del cuento rosa con que ha soñado. Sigue leyendo