A los policías y militares en servicio,
y a todos los servidores públicos
que usan armas1

Timothy Snider[2]
Aprende a decir ‘no’

Los gobiernos autoritarios normalmente cuentan con un cuerpo de policía antimotines cuya tarea es dispersar a los ciudadanos que participan en protestas, pero disponen también de una policía secreta cuyos deberes incluyen el asesinato de disidentes u otros sujetos considerados como enemigos. Y en efecto encontramos fuerzas del segundo tipo implicadas totalmente en las enormes atrocidades del siglo XX, como el Gran Terror en la Unión Soviética de 1937 y 1938, y el holocausto de los judíos de Europa perpetrado por la Alemania nazi entre 1941 y 1945. Sin embargo, cometemos un grave error si creemos que la NKVD soviética o las SS nazis actuaron sin apoyos. Sin la colaboración de los cuerpos regulares de policía y, algunas veces, de las fuerzas militares comunes, no podrían haber matado a una escala tan grande. Sigue leyendo