Editorial

Perseo comienza el cuarto año bisiesto del milenio con dos noticias amables que tienen que ver con el gran continente africano —cuna de la humanidad—: se ha prohibido en Gambia la mutilación genital femenina, y se ha otorgado el Premio Nobel de la Paz 2015 al ‘Cuarteto Tunecino’, integrado por la Unión General Tunecina de Trabajo, la Confederación de Industria, Comercio y Artesanía de Túnez, la Liga de Derechos Humanos y la Orden Tunecina de Abogados, por su magnífica contribución a la construcción de una democracia pluralista en ese país africano a raíz de la llamada Revolución del Jazmín en 2011—que derrocó al gobierno autocrático de Zine El Abidine Ben Ali—.

      Obituario lamenta el reciente fallecimiento de la venezolana Lolita Aniyar de Castro, una de las figuras más importantes de la criminología latinoamericana en el últmo medio siglo, política intachable y valerosa opositora al régimen atroz de Nicolás Maduro.

      En Pensamiento, el filósofo español Jesús Mosterín demuestra que la crueldad no tiene cabida bajo ninguna condición o circunstancia, y que el círculo de la compasión debe abarcar a todas las criaturas capaces de sufrir. El también fiósofo —noruego— Jostein Gaarder aboga por una “Declaración Universal de los Deberes Humanos” que contenga los principios indispensables para salvar a nuestro planeta —y salvarnos— de la devastación a que se precipita. E Isaac Asimov nos enseña la necesidad del feminismo —la equidad y la justicia efectivas para las mujeres en todos ámbitos—, no solamente como un imperativo ético, sino también como uno para la supervivencia de la especie humana.

      Karla Salazar obsequia a Perseo un paréntesis amable con su fino relato erótico Sensaciones en sepia.

      En la Lucha por los derechos, Caroline Demarcq denuncia de nuevo una atrocidad mayúscula: la esclavitud y abusos terribles que, en lugar de educación y afecto, reciben los niños en las “escuelas coránicas” de Senegal.

      Zúe Valenzuela, colaboradora del PUDH-UNAM, a través del análisis de un caso paradigmático, en el que la Corte Interamericana de Derechos Humanos condenó al gobierno de Honduras por abusos contra varios jueces y una magistrada, nos muestra el criterio de ese tribunal respecto de la independencia judicial.

      Elote Jurídico nos enseña qué son las ‘medidas cautelares’ que puede aplicarnos el juez penal, a petición del Ministerio Público, cuando se nos ha imputado alguna conducta probablemente delictuosa. Y además nos explica porqué “Ganó la libertad, no la mota” —con la resolución dictada recientemente por la Suprema Corte de Justicia en el sentido de que es anticonstitucional la prohibición absoluta del “autoconsumo” de marihuana—.

      OXFAM México nos brinda sus conclusiones del estudio —financiado por la Unión Europea— El impacto de las corporacioines multinacionales (CMN) en los sistemas alimentarios. El caso de México—, en el que se señala y explica que: “El modelo productivo impuesto por las CMN agroindustriales al campo mexicano ha impactado negativamente en las condiciones de vida de la población, pues no tiene el objetivo de producir alimentos para el consumo interno/local, vulnerando asi la soberanía alimentaria nacional.”

      En clásicos, Benjamín Franklin nos habla sobre el discurso que una mujer —Polly Baker— pronunció ante el Tribunal de Justicia en Connecticut, Nueva Inglaterra, cerca de Boston, donde por quinta vez se le juzgaba por el hecho de haber tenido un hijo bastardo. El discurso tuvo como resultado que el Tribunal la absolviera y que uno de los jueces —con el que después tuvo quince hijos— se casara con ella al día siguiente. Luis Cernuda nos recita su poema dedicado a los peregrinos que desdeñan la salida fácil del regreso.

      La Corte Interamericana de Derechos Humanos, Human Rights Watch, Amnistía Internacional, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos y la Suprema Corte de Justicia de la Nación nos informan de sus resoluciones y asuntos recientes más importantes.

      Cosas veredes persiste en su cacería de los humanos aciertos y desfiguros. Insólito, en la suya de lo asombroso.

      Y termina Perseo con sus ligerezas de siempre. Ω