Cosas veredes

Luis de la Barreda Solórzano

El fuego negado

Reconozco y admiro las tareas que realizan la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CorteIDH), gracias a las cuales los abusos de poder que habían quedado impunes en los países donde ocurrieron han sido sancionados y las víctimas han sido resarcidas.

Fue para mí un honor que hace algunos años la CIDH me solicitara un estudio, que se presentó en un juicio ante la CorteIDH, sobre la represión penal a los críticos de los funcionarios públicos en Venezuela. Sigue leyendo→

Palabras malditas

Para que una expresión sea discriminatoria o injuriosa, es menester que el emitente actúe con dolo de ofender al destinatario, y que el sentido que le confiera suponga menosprecio.

Las expresiones ofensivas pueden configurar discurso de odio si buscan provocar animadversión prejuiciada contra cierto grupo, como sucedió en Alemania cuando los líderes nazis demonizaban indiscriminadamente a los judíos culpándolos de todos los males. Esa satanización fue el ominoso preludio de la noche de los cristales rotos —vejaciones, linchamientos y destrucción de bienes— y después del holocausto. Sigue leyendo→

Sin rubor alguno

En las recomendaciones de los organismos públicos de derechos humanos por casos de tortura, suele incluirse, entre los puntos recomendados, que se imparta a los servidores públicos de la institución a la que pertenecen los autores del atropello un curso en el que, entre otras cosas, se les explique que la tortura está absolutamente prohibida en toda circunstancia.

Esa lección cumple una función similar a la que cumpliría otra en la que se indicara a los conductores de vehículos automotores que el Reglamento de Tránsito y el Código Penal desautorizan atropellar peatones intencionalmente. No hay un solo servidor público, ni en México ni en ningún país democrático, que ignore que la tortura es un delito muy grave que tiene asignada una punibilidad muy alta. Sigue leyendo→

¿Cómo adquirir la mota?

La reforma legislativa que propone el presidente Enrique Peña Nieto en relación con la marguana es, indudablemente, plausible. Se autorizarían medicamentos elaborados a base de la planta, se permitiría la investigación científica sobre las propiedades y los efectos de la cannabis, y miles de presos que fueron detenidos sólo por tener consigo más de cinco gramos, pero menos de 28, quedarían en libertad.

La autorización con fines terapéuticos se justifica plenamente por los resultados a la vista. El cannabidiol reduce la ansiedad, puede ayudar a atacar las células cancerosas en el cáncer de mama y tiene acción anticonvulsiva. En 2014, la revista Medicina Clínica, de Barcelona, dio cuenta de la eficacia de la mariguana contra dolores provocados por el cáncer, enfermedades del sistema nervioso y cirugías, así como contra síntomas de artritis reumatoide y enfermedades inflamatorias intestinales. Un metaestudio —análisis de resultados de otros estudios— publicado en 2015 en la revista Journal of the American Medical Association señala que abundan las investigaciones sobre la aptitud de los cannabinoides para reducir los efectos secundarios de la quimioterapia, la radioterapia y las cirugías en los pacientes con cáncer. Sigue leyendo→