Heroísmos

Los hijos de África: el rostro de nuestra tercera raíz

Aunque se les considera como herederos de una tradición e identidad extraordinaria, además de representantes de la “tercera raíz” de nuestra cultura, hasta hace poco tiempo la población afrodescendiente se encontraba excluida de la historia e invisibilizada en cuanto a sus condiciones sociales de desigualdad y discriminación en México y el mundo. 

Apenas el 9 de agosto de 2019, en el Diario Oficial de la Federación se publicó la reforma que adiciona un apartado C al artículo 2º de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, con el objetivo de fomentar el desarrollo y la inclusión de la población afromexicana, reconociendo sus derechos. A su vez, el Censo de Población y Vivienda 2020 elaborado por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) incluyó por primera vez a la población afromexicana y afrodescendiente en sus apartados, arrojando la cifra de 2,576,213 personas que se autorreconocen como tales, lo cual representa el 2% de la población total en México.

A nivel mundial, el pasado 2 de agosto de 2021 la Asamblea General de las ONU decidió establecer el Foro Permanente de Afrodescendientes[1] y, el 31 del mismo mes, se celebró por primera vez el Día Internacional de las Personas Afrodescendientes, también decretado por el máximo organismo internacional.[2]

Sin duda, estas y otras acciones constituyen una serie de importantes avances en el reconocimiento y promoción de los derechos y libertades fundamentales de la población de orígenes africanos. Sin embargo,  no son ni deben verse como una donación graciosa de parte de la comunidad internacional, los gobiernos y las autoridades, sino que son fruto del esfuerzo de muchas personas que, desde distintos ámbitos, han luchado por reivindicar sus raíces y defender los derechos de su colectividad.

Este es el caso de Celeste Sánchez Sugía, joven afromexicana oriunda de Iztapalapa, Ciudad de México. Junto con su madre, quien provenía de Guerrero, una de las entidades en las que hay más concentración de población afrodescendiente, desde niña vivió episodios de burla y discriminación racial en el transporte público, en la escuela y en el trabajo, que le generaron problemas de autoestima y de aceptación. Con el tiempo pudo superar dichas adversidades y convertirse en una activista feminista, estudiar psicología e ingresar al doctorado en Ciencias Biomédicas de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).

Con sólo 32 años y una larga carrera de lucha, compromiso social y estudio a cuestas, Celeste se ha convertido en la primera mujer afromexicana que llega al Senado de la República. Desde ahí, ella trabaja por armonizar las leyes a fin de que mencionan a este grupo de población y se reconozcan jurídicamente sus derechos. También busca detectar y atender los principales problemas que tienen las poblaciones afromexicanas que sufren pobreza, desigualdad, marginación y discriminación. La historia de Celeste es un botón de muestra de lo que las personas son capaces de hacer en beneficio de los grupos de población a los que ellas mismas pertenecen.

Escrito con información de:
https://news.un.org/es/story/2021/10/1496012
(4/11/21)


[1] ONU, “La Asamblea General decide establecer el Foro Permanente de Afrodescendientes”, PERSEO, revista electrónica del Programa Universitario de Derechos Humanos de la UNAM, núm. 104, septiembre de 2021. Disponible en: http://www.pudh.unam.mx/perseo/la-asamblea-general-decide-establecer-el-foro-permanente-de-afrodescendientes/ (última consulta: 4/11/21).

[2] ONU, “El planeta se une para conmemorar el primer Día Internacional de los Afrodescendientes”, PERSEO, revista electrónica del Programa Universitario de Derechos Humanos de la UNAM, núm. 104, octubre de 2021. Disponible en: http://www.pudh.unam.mx/perseo/el-planeta-se-une-para-conmemorar-el-primer-dia-internacional-de-los-afrodescendientes/ (última consulta: 4/11/21).