La emergencia humanitaria
en Venezuela

(Resumen)

En enero de 2019, cientos de miles de venezolanos salieron a las calles en respuesta a un llamado del presidente de la Asamblea Nacional, Juan Guaidó, que pidió al pueblo de Venezuela que se movilizara en apoyo al restablecimiento del orden constitucional en el país. Durante una protesta multitudinaria que tuvo lugar el 23 de enero, Guaidó dijo que asumía el poder como presidente interino de Venezuela y que convocaría a elecciones libres y justas. Desde entonces, más de 50 gobiernos lo han reconocido como presidente interino de Venezuela. Sin embargo, Nicolás Maduro todavía mantiene un férreo control de todas las instituciones venezolanas, salvo la Asamblea Nacional que tiene una mayoría opositora.

            Con esta pugna de poder como trasfondo, una de las cuestiones subyacentes más preocupantes para el pueblo venezolano es la gravísima crisis humanitaria que está atravesando el país. En uno de los primeros discursos públicos que pronunció tras convertirse en presidente de la Asamblea Nacional el 5 de enero, Guaidó afirmó que Venezuela enfrentaba una emergencia humanitaria y pidió ayuda a la comunidad internacional para superarla.

Crisis de salud

El sistema de salud de Venezuela ha estado en declive desde 2012, y las condiciones han tenido un deterioro drástico desde 2017. Un apagón de más de un día de duración que afectó a todo el país en marzo, y otros cortes recurrentes de electricidad ocurridos desde entonces, han menoscabado todavía más la posibilidad de los hospitales públicos de responder adecuadamente a las necesidades médicas de los venezolanos.

            En Venezuela están ocurriendo brotes de enfermedades que podrían prevenirse con vacunas y que ya habían sido erradicadas en el país. Estos brotes sugieren una grave disminución en la cobertura de la vacunación

Crisis de nutrición

El hambre, la desnutrición y la escasez severa de alimentos son fenómenos extendidos en Venezuela. Muchos de las decenas de ciudadanos venezolanos que el equipo de Human Rights Watch y la Universidad Johns Hopkins entrevistó en la frontera manifestaron haber perdido peso y señalaron que comían una o dos veces por día en su país. Para algunos, una comida consistía únicamente en yuca o sardinas enlatadas.

Impacto a través de las fronteras de Venezuela

El éxodo masivo de venezolanos, muchos de los cuales se fueron del país en busca de medicamentos, insumos médicos, y servicios de salud o sanitarios básicos, está desbordando la capacidad de estos servicios en los países receptores. Los datos con que cuentan las autoridades colombianas y brasileñas sobre pacientes venezolanos dan una idea del deterioro de las condiciones del sistema de salud en Venezuela, sobre las cuales las autoridades venezolanas no han informado adecuadamente[2].

La responsabilidad del Gobierno de Maduro

A pesar de las evidencias abrumadoras de que Venezuela atraviesa una crisis humanitaria, en sus declaraciones públicas el Gobierno de Maduro sigue minimizando lo que ocurre, continúa censurando información sobre la crisis y ha hecho demasiado poco para paliar la situación.

            Durante la gestión de Maduro, las autoridades venezolanas han ocultado la crisis al interrumpir la publicación de datos oficiales sobre salud, que antes se difundían periódicamente. También han perseguido y tomado represalias contra quienes recopilan datos o hablan sobre la escasez de comida y medicamentos. Estas acciones, sumadas a que el Gobierno no reconoce la verdadera magnitud del problema, han hecho que sea imposible efectuar un diagnóstico completo de la crisis. Ese diagnóstico es crucial para definir una respuesta humanitaria eficaz.

            La falta de publicación de datos sobre salud pública por parte del Gobierno venezolano y sus acciones para reprimir a quienes hablan sobre el estado de la salud en el país, en un contexto en el que se agudiza el deterioro de los establecimientos de salud venezolanos, representan una violación de la obligación de Venezuela de respetar, proteger y efectivizar el derecho a la salud garantizado en la Constitución venezolana y en el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (PIDESC). El PIDESC, que fue ratificado por Venezuela, garantiza el derecho de toda persona “al disfrute del más alto nivel posible de salud física y mental”, así como el derecho a un “nivel de vida” adecuado, que incluye la “alimentación…adecuada”.

            Aunque en 2018 empezó a ingresar en el país más ayuda internacional, las entrevistas con funcionarios de organizaciones humanitarias internacionales y no gubernamentales que tienen presencia en Venezuela dejan en evidencia que, sin ninguna duda, esa asistencia no es suficiente para atender las necesidades urgentes de la población. A su vez, el Gobierno no sólo no ha reconocido la magnitud de las necesidades en el país y no ha pedido el nivel de asistencia que amerita la crisis, sino que además, en muchos casos, ha impuesto obstáculos a las actividades de las organizaciones humanitarias internacionales.

            Las autoridades venezolanas del Gobierno de Maduro son las principales responsables por la falta de una respuesta internacional coordinada a la crisis en Venezuela. Al no reconocer la verdadera magnitud de la crisis ni invitar a organismos clave de la ONU a que evalúen la situación en forma independiente y coordinen una respuesta eficaz, las autoridades de Venezuela han contribuido al sufrimiento del pueblo venezolano. En vez de amenazar y hostigar a los venezolanos que están preocupados por la situación y hablan sobre los problemas en el país, las autoridades deberían hacer todo lo posible para recopilar y difundir datos sobre la crisis de salud y alimentaria. Si bien las autoridades venezolanas tienen derecho a rechazar ofrecimientos particulares de asistencia, tomar esa decisión incrementa su obligación de definir alternativas para abordar de manera efectiva las necesidades urgentes del pueblo. Las autoridades venezolanas durante la presidencia de Nicolás Maduro no han cumplido con su obligación.

Recomendaciones

La ONU debería abordar de manera prioritaria el rápido deterioro de la situación humanitaria en Venezuela. Las máximas autoridades de las Naciones Unidas y todos los órganos relevantes de la ONU deberían realizar gestiones diplomáticas proactivas con el fin de presionar a las autoridades venezolanas para que permitan que los organismos de la ONU dirijan e implementen una respuesta humanitaria a gran escala que asegure que la población venezolana reciba la asistencia humanitaria necesaria para atender sus necesidades urgentes.

Si desea leer el informe completo:
https://www.hrw.org/es/report/2019/04/04/la-emergencia-humanitaria-en-venezuela/se-requiere-una-respuesta-gran-escala-de-la
(240419)