Un libro que no debieran dejar de leer las más altas autoridades mexicanas migratorias y de seguridad pública es Los migrantes que no importan, del joven periodista salvadoreño Óscar Martínez, al que se refiere ampliamente el novelista Francisco Goldman en la revista Letras libres (número de julio de 2013).
El libro recopila una serie de artículos en los que se da cuenta de la situación de los migrantes centroamericanos que atraviesan nuestro país. Esos migrantes huyen de la catástrofe económica, el desempleo, la falta de horizontes vitales promisorios y la violencia exacerbada que padecen sus países.
Vienen en busca de la tierra prometida, los Estados Unidos, donde es posible conseguir trabajo aun siendo indocumentado, con un salario siete, ocho veces mayor al que obtendrían en sus países realizando tareas similares. Quieren mejorar su calidad de vida y enviar dinero a sus familias para aliviar las condiciones en que éstas viven.