La administración del presidente Trump ha mostrado cuáles son sus intenciones en materia de políticas contra el delito mediante una serie de decretos firmados durante sus primeros meses de gobierno[2]. Estos decretos revelan una incongruencia entre esa política administrativa y la ciencia establecida acerca de las causas y consecuencias del delito. Cuatro aspectos generales son especialmente emblemáticas en cuanto a este problema.
I. Los inmigrantes no cometen la mayoría de los delitos en Estados Unidos