“Hasta
donde sea posible, siempre hay que conservar la ecuanimidad. Los triunfos no
deben llevarlos a la euforia; los fracasos no deben conducirlos a la depresión.
Son únicamente circunstancias en el peregrinar de la existencia.”[1]
[1] Palabras pronunciadas ante la XXIV generación de licenciados en Derecho de la Universidad de Baja California”, Tijuana, B.C., el 31 de enero de 1992. Tomado de: https://www.redalyc.org/pdf/427/42725646016.pdf