13 de enero de 2021
- Los Estados de la UE deben abordar la desigualdad, los abusos contra migrantes y las recaídas en la autocracia
(Bruselas) – La pandemia de Covid-19 tuvo un profundo impacto en las vidas y los derechos de las personas en toda la Unión Europea, dijo Human Rights Watch hoy en su Informe Mundial 2021.
La enfermedad y las consecuencias económicas de los confinamientos exacerbaron la discriminación y la marginación. En algunos casos, la pandemia sirvió de pretexto para que los gobiernos consolidaran su poder, impulsaran políticas contra los derechos, restringieran las libertades o tomaran como blanco a migrantes, mujeres, lesbianas, gays, bisexuales y transexuales (LGBT) y grupos étnicos o minoritarios. Aun así, la UE tomó medidas para promover y defender los derechos humanos en todo el mundo.
“Ha sido un año desafiante para la protección de los derechos en la UE, con una crisis económica y de salud pública desencadenada por la pandémica de Covid-19 y algunos Estados miembros inclinándose más hacia un gobierno autoritario”, dijo Benjamin Ward, subdirector de Europa y Asia Central de Human Rights Watch. “Para garantizar que 2021 sea un año de recuperación, las instituciones y los Estados de la UE deberían guiarse por la brújula de los derechos fundamentales, defender de manera consistente las instituciones democráticas y tomar medidas positivas para abordar la profundización de las desigualdades y los abusos contra los migrantes y las minorías”.
En la 31ª edición del Informe Mundial 2021, de 761 páginas, Human Rights Watch analiza las prácticas de derechos humanos en más de 100 países. En su ensayo introductorio, el director ejecutivo Kenneth Roth sostiene que el gobierno entrante de Estados Unidos debería integrar el respeto por los derechos humanos en su política nacional y exterior, de una manera que tenga más probabilidades de sobrevivir a futuras administraciones estadounidenses menos comprometidas con los derechos humanos. Roth enfatiza que incluso cuando el gobierno de Trump abandonó en gran parte la protección de los derechos humanos, otros gobiernos dieron un paso al frente para defender los derechos. La administración de Biden debe procurar unirse a, no suplantar, este nuevo esfuerzo colectivo.
Human Rights Watch puso en evidencia las preocupaciones de toda la Unión sobre una amplia variedad de temas entre los que cabe destacar: migración y asilo, la discriminación y la intolerancia, la pobreza y la desigualdad, el Estado de derecho y la política exterior del bloque económico. El Informe Mundial incluye capítulos sobre Alemania, España, Francia, Grecia, Hungría, Italia y Polonia y sobre los países de la región no pertenecientes a la UE, como Bosnia y Herzegovina, el Reino Unido, Kosovo y Serbia.
La pandemia de Covid-19, las medidas de confinamiento y la consiguiente recesión económica tuvieron un impacto desproporcionado en las personas que viven con bajos ingresos o en la pobreza. La UE ajustó las reglas para destinar fondos a los Estados miembros con el fin de mitigar los efectos, pero el desempleo, la inseguridad alimentaria y el acceso desigual al aprendizaje a distancia exacerbaron las desigualdades existentes. Las personas sin hogar y las personas en viviendas inadecuadas, incluidos los romaníes y los migrantes en instalaciones de acogida abarrotadas, enfrentaron mayores riesgos de salud.
Los logros fueron limitados en la UE en cuanto al desarrollo de herramientas para asegurar la rendición de cuentas de los Estados miembros que socavan el Estado de derecho, con importantes sentencias del Tribunal de Justicia de la Unión Europea, el primer informe de la Comisión de la UE sobre el Estado de derecho en los 27 Estados miembros y un acuerdo en noviembre para vincular el acceso a los fondos de la UE al respeto por el Estado de derecho.
Hungría y Polonia retrasaron la votación sobre un presupuesto de la UE, incluido un fondo de recuperación Covid, hasta que los líderes de la UE hicieron concesiones para reducir los disposiciones que probablemente retrasarían su aplicación.
Los gobiernos miembros no avanzaron en el escrutinio de esos dos países en virtud del artículo 7, el mecanismo del tratado para abordar las amenazas a los valores de la UE.
El trato a migrantes y solicitantes de asilo quebrantó la credibilidad del bloque como defensor de los derechos humanos, dijo Human Rights Watch. La Comisión Europea publicó en septiembre un Nuevo Pacto de amplio alcance sobre Migración y Asilo, culminando un año marcado por cierres de fronteras, devoluciones y una creciente vulnerabilidad para los solicitantes de asilo e inmigrantes indocumentados.
Aunque se anunció como un “nuevo comienzo”, el pacto confirma el enfoque en el cierre de fronteras y el aumento de devoluciones, con medidas que incluyen propuestas que podrían socavar las salvaguardias y aumentar la detención y carece de propuestas innovadoras para una gestión de la migración respetuosa con los derechos.
La Comisión Europea publicó en septiembre un plan de acción contra el racismo, el primer reconocimiento de alto nivel del racismo estructural en la UE. La intolerancia, la discriminación y la violencia contra judíos, musulmanes, romaníes y otras minorías prevalecieron en toda la UE, donde la pandemia sirvió como pretexto para atacar a miembros de grupos sociales que ya son blanco de discriminación, expresiones de odio y delitos de odio.
En noviembre, la Comisión adoptó su primera estrategia para la igualdad LGBTIQ, en medio de un ataque por parte de Polonia y Hungría a lo que denominan “ideología de género” que amenaza los derechos de las minorías sexuales y de género, los derechos reproductivos y las medidas para abordar la violencia contra las mujeres.
Los ataques violentos atribuidos al extremismo islamista y a la extrema derecha en Alemania, Francia y Austria acabaron con la vida de 22 personas e hirieron a decenas. En medio de las preocupaciones sobre el discurso público que estigmatiza a los musulmanes, los ministros de Interior de la UE se comprometieron a combatir el terrorismo respetando los derechos y las libertades fundamentales.
En el ámbito de la política exterior, la UE lideró iniciativas en los foros de las Naciones Unidas para exponer violaciones de los derechos y buscar la rendición de cuentas, siguió respaldando firmemente la Corte Penal Internacional y adoptó un nuevo régimen global de sanciones de derechos humanos de la UE. La Unión y los Estados miembros continuaron figurando como importantes donantes humanitarios y movilizaron ayuda a terceros países afectados por la pandemia de Covid-19. Sin embargo, el bloque tuvo dificultades en ocasiones para responder con rapidez y criterio a los acontecimientos internacionales, con algunos Estados miembros bloqueando acciones unánimes.
Fuente:
https://www.hrw.org/es/news/2021/01/13/la-union-europea-debe-respetar-los-derechos-en-medio-de-la-pandemia-y-la-recesion
(22/01/21)