Editorial

Perseo comienza esta vez con el tema del arraigo, la medida repudiada universalmente como violatoria de derechos humanos, que, sin embargo, ha sido declarada constitucional por la Suprema Corte de Justicia “cuando se valide ante la autoridad judicial que el arraigo es indispensable para el éxito de la investigación judicial y se trate de delitos graves del orden federal”. La Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) y la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal no han tardado en lamentar esa decisión mediante sendos comunicados públicos.

No es novedad que en México existe un alto índice de impunidad, pero sí que es el subcampeón —el campeón es Filipinas— de esa especialidad entre 59 países como se desprende del Índice Global de Impunidad elaborado por un equipo de especialistas patrocinados por la Universidad de las Américas-Puebla.

Una juez de distrito ha ordenado a la UNAM que conceda a un joven con debilidad visual una nueva oportunidad de presentar un examen de admisión bajo condiciones equitativas y adecuadas a su discapacidad.

Perseo acoge de nuevo un boletín de Elote Investigación y Divulgación Jurídica, A.C., que ahora alerta a los jóvenes detalladamente —con el lenguaje que ellos suelen emplear— sobre la flagrancia, situación en que cualquier persona puede, y los agentes policiales deben, detener a una persona que está cometiendo un delito o acaba de cometerlo.

El Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE) nos da pésimas noticias: se ha reducido la matrícula de las escuelas normales; es dudosa también la calidad de las escuelas normales privadas, que son casi la mitad del total; la formación que en general ofrecen las escuelas normales deja mucho que desear, y hay otros problemas administrativos y estructurales en el sistema nacional de preparación de maestros. De tal pavoroso informe se desprende que, si los problemas que apunta no se atienden debida y oportunamente, le espera un futuro más negro a la de por sí defectuosa educación en México.

Oliver Sacks, el famoso psiquiatra y escritor británico-estadounidense, se despide sabia, elocuente y conmovedoramente de la vida a los 81 años de edad, tras enterarse de que padece un cáncer terminal que acabará con él en unos meses.

Recién escapados —precisamente el mismo día— a la eternidad, Günter Grass y Eduardo Galeano nos saludan. El primero con un poema agridulce sobre el amor y la vejez, y el segundo con unos relatos-reflexiones lancinantes sobre la cultura del terror, que suele agobiar a las mujeres incluso en su propio hogar.

La propia OIT nos ofrece un resumen explicativo de su Convenio 189, que establece los derechos de las trabajadoras y los trabajadores domésticos, y que todavía no ha sido suscrito por México —fue aprobado el 5 de septiembre de 2013—.

El Tribunal Europeo de Derechos Humanos, Aministía Internacional y Human Rights Watch nos informan de sus resoluciones y noticias más importantes. De esta última destaca la carta que envió a la nueva Procuradora General de la República de nuestro país, en la que le hace algunas recomendaciones plausibles en materia de derechos humanos.

El Senado de la República ha ratificado —con casi 40 años de retraso— el Convenio 138 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), que obliga a nuestro país a establecer una política pública de abolición del trabajo infantil.

Cosas veredes persiste en su afán de señalarnos las cumbres y los abismos del quehacer humano.

Perseo termina esta jornada con las ligerezas que acostumbra.

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