Un proyecto piloto ayudará a integrar a los migrantes haitianos en México

18 de diciembre de 2021

  • Los organismos de la ONU para los refugiados y migrantes coordinan con el gobierno mexicano una iniciativa según la cual algunas familias de Haití que no hayan solicitado asilo podrán participar en un programa de integración local que incluye la emisión de documentos, clases de español e inserción laboral y escolar.

 La Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) y la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), en conjunto con el gobierno de México, presentaron un proyecto piloto que busca estabilizar, y eventualmente integrar, a los ciudadanos haitianos que se encuentran en el país norteamericano y así aliviar las necesidades humanitarias de esa población.

En una primera fase de esta iniciativa, algunas familias haitianas que no han solicitado asilo podrán formar parte del Programa de Integración Local de ACNUR, vigente desde 2016, según el cual las personas refugiadas que se encuentran en el sur de México son reubicadas en ciudades del centro y norte del país, donde tienen mejores oportunidades de acceso al mercado laboral, a la vivienda, a la salud y a la educación.

En el marco del plan presentado, las personas haitianas podrán acceder al Programa de Integración Local aunque no sean solicitantes de la condición de refugiado.

Incorporación al trabajo y la escuela

La OIM estará a cargo de identificar los perfiles de las personas que reúnan los requisitos para incorporarse a la iniciativa, de acuerdo con los criterios que determine la autoridad migratoria. En Ciudad Acuña, Coahuila, y en Tapachula, Chiapas, esa agencia brindará cursos de español y facilitará la emisión de documentación, que es competencia del Instituto Nacional de Migración. El proyecto se implementará en coordinación con la embajada de Haití en México. 

ACNUR tendrá las tareas de traslado y recepción de las personas, y facilitará tanto la vinculación laboral como su inserción en el sistema escolar, y las apoyará en su proceso de integración durante el primer año.

Este proyecto piloto contribuye a estabilizar la situación de las personas haitianas en México, y se podría expandir.

No es suficiente

Sin embargo, no resolverá por si solo el reto. La OIM y ACNUR insisten en la importancia de seguir buscando alternativas de regularización migratoria de más amplio alcance.

Ambos organismos han recalcado que para hacer frente a los flujos migratorios se necesitan opciones de regularización migratoria para personas con distintas necesidades y perfiles, en tanto se continúa trabajando para fortalecer el sistema de asilo y ofrecer nuevas vías que regularicen su situación

Las vías regulares nuevas y ampliadas para la admisión y la estancia son una herramienta eficaz para garantizar la protección de las personas migrantes y de sus derechos, incluidos los de quienes están en situación de vulnerabilidad, ya que ayudan a disminuir los riesgos ante situaciones de violencia sexual y de género, abusos, explotación y exclusión, y aseguran la protección de sus derechos humanos, los derechos laborales, el trabajo decente y la protección social, además del acceso a los servicios.

Dos pactos

Las agencias recordaron que el Pacto Mundial para la Migración establece el compromiso específico de aumentar la disponibilidad y flexibilidad de las vías de migración regular. El Pacto Mundial sobre Refugiados contempla un programa de acción que apoya la puesta en marcha de respuesta integrales, reconociendo los desafíos complejos que plantean los movimientos mixtos. Este proyecto es un ejemplo de cómo ambos pactos deben trabajar de la mano, apuntaron en un comunicado.

Agregaron que la falta de acceso a un estatus migratorio regular implica para las personas migrantes la falta de acceso a los derechos, la separación de las familias, la violencia de género y las desigualdades. También las expone a los impactos de los desastres, el cambio climático y la degradación medioambiental.

Para concluir, afirmaron que las vías de migración regular también benefician a todos los países, ya que fomentan la creación de comunidades sólidas, promueven el desarrollo sostenible, dan respuesta a las necesidades del mercado laboral, y fortalecen las capacidades nacionales para determinar quién entra, transita y permanece en su territorio.

Asimismo, fortalecen el estado de derecho al reducir la trata de personas y otros tipos de explotación, y frenan el tráfico de migrantes a través de sus fronteras.

Fuente:
https://news.un.org/es/story/2021/12/1501712
(25/12/21)