No hay día que no te recuerde y no desee con toda el alma verte de nuevo. Me gustaría que conversáramos largamente sobre todas las cosas que se nos antojara, bebiendo una botella de whisky o de vodka bien helado, o unas de esas cubas con mucho limón y hielo que tanto gozabas
Ya muy tarde me di cuenta de que no nos dimos tiempo suficiente para charlar, conocernos mejor, contarnos secretos, compartir inquietudes y sueños. No obstante, nos transmitíamos incesantemente, sin decírnoslo nunca, una mutua corriente de afecto. Cómo me entusiasmaría que pudieras de vez en cuando obtener permiso para regresar aunque fuera un solo día. O una noche, preferentemente una noche de viernes, para desvelarme contigo hasta muy tarde, hasta que el sueño me venciera, sin la preocupación de tener que levantarme temprano a la mañana siguiente. Sigue leyendo