Soneto 20[1]

¡Oh! Dueño de mis pasiones: tienes de mujer

el rostro que la naturaleza hubo pintado,

y un tierno corazón que no entiende de mudanzas

como es propio en la falsa moda de las mujeres.

Ojos más brillantes y sinceros que los de ellas,

que cubren de oro si posan su atenta mirada.

Hombre de variados y matizados registros,

que roba la mirada de hombres y mujeres,

inicialmente, como mujer fuiste creado,

mas al crearte, de ti se enamora tu autora;

y ese añadido hecho, me privará de ti,

aunque resulte irrelevante para amar.

Si te dio pene para placer de las mujeres,

mío será tu amor y de ellas el disfrute.

William Shakespeare

 

[1] Tomado de: http://leopoldest.blogspot.mx/2011/12/soneto-n-20-william-shakespeare.html

Don Belianís de Grecia
a don Quijote de la Mancha

             (soneto)

Rompí, corté, abollé, y dije y hice

más que en el orbe caballero andante;

fui diestro, fui valiente, fui arrogante;

mil agravios vengué, cien mil deshice.

Hazañas di a la Fama que eternice;

fui comedido y regalado amante;

fue enano para mí todo gigante

y al duelo en cualquier punto satisfice.

Tuve a mis pies postrada la Fortuna,

y trajo del copeta mi cordura

a la calva Ocasión al estricote.

Mas, aunque sobre el cuerno de la luna

siempre se vio encumbrada mi ventura,

tus proezas envidio, ¡oh gran Quijote!

Miguel de Cervantes